Toño de Valdés | Super Cooper

No le gustan los reflectores, no es el jugador más mediático de la liga y sin embargo todo mundo habla de Cooper Kupp, el MVP del Super Bowl LVI y que coronó el domingo una de las mejores temporadas que se hayan visto para un receptor en la historia de la NFL.

Kupp apareció en los momentos clave del juego vs Cincinnati, tuvo ocho recepciones para 92 yardas con dos touchdowns y también logró un primero y diez clave en cuarta oportunidad por tierra cuando el juego estaba en gran riesgo para los Carneros de Los Ángeles.

Es cierto que también eran candidatos para más valioso el QB Matthew Stafford y el liniero defensivo Aaron Donald, pero me parece muy justa la designación de Kupp, que en la campaña regular ganó la triple corona entre los receptores con 145 pases completos, 1,947 yardas y 16 touchdowns camino a ser el jugador ofensivo del año y en los playoffs estableció record con 33 recepciones, además logró un TD en cada uno de los cuatro partidos en su recorrido al título.

El camino al éxito de Cooper no fue sencillo y es que al salir de la preparatoria solo la Universidad de Eastern Washington le ofreció una beca, un colegio de segundo nivel en el futbol americano colegial, pero que le sirvió de trampolín para llegar a la NFL.

Kupp dejó marcas extraordinarias en Eastern Washington con 428 pases completos, 6,464 yardas y 73 TD’s, ubicando su nombre en el libro de records.

Gracias a esos cuatro años espectaculares, el coach Sean McVay que recién había llegado a los Rams como nuevo head coach a los 31 años decidió seleccionar a Kupp en la tercera ronda del 2017 y por supuesto que no pudo haber sido más acertado, con un jugador que ha crecido de tal forma que se ha convertido en una de las figuras más importantes de toda la liga.