Cuando le preguntaron a Brian Flores cómo celebró ganar el Super Bowl apenas hace tres semanas, guardó silencio varios segundos, sonrió y dijo: “Besé a mi esposa en la cancha”.No terminaba de saborear las mieles del triunfo, cuando Flores ya tenía un nuevo reto enfrente: corregir los problemas de los Miami Dolphins como máximo responsable del equipo. Brian Flores se desempeñó las últimas tres temporadas como entrenador de linebackers en los New England Patriots. En la campaña 2018, tomó el puesto de coordinador defensivo -que dejó Matt Patricia- y lideró a esa unidad hasta formar una defensa sólida que se acabó consagrando en la liga conquistando el trofeo Vince Lombardi el 3 de febrero pasado en Atlanta.Tras la victoria en el Super Bowl LIII ante los Rams de Los Angeles, a Flores ya le esperaba una oferta de trabajo y al día siguiente, el lunes, fue contratado como entrenador en jefe de Miami.“Han sido 24 horas de locura”, afirmó Flores sonriente en una conferencia de prensa muy concurrida durante su presentación como head coach de los Dolphins.Aceptó el puesto horas después de ayudar a los Pats a nulificar a la poderosa ofensiva de Rams a la que limitó a solo tres puntos en el Super Bowl como menos puntos de la historia.“Al ver esta multitud aquí, uno pensaría que ganamos el Super Bowl”, dijo Stephen Ross, el propietario de los Miami Dolphins. “Nunca he visto tanta gente en esta sala. Para mí, inicias una organización contratando a un gran líder. Creo que hemos encontrado a ese líder”, añadió Ross.El líder al que se refería el dueño de los Delfines es Brian Flores, un joven entrenador de 37 años hijo de padres hondureños que está triunfando en la NFL, acaba de salir campeón y ahora da un paso importante al tomar el cargo principal de una escuadra histórica en plena reconstrucción.El coach de origen hondureño nació y creció en Brooklyn, Nueva York, asistió a la preparatoria Poly Prep jugando de corredor y apoyador. Estudió la universidad en Boston College donde destacó como linebacker durante cuatro años, hasta que su trayectoria como jugador se vio frustrada por una lesión muscular al desgarrar su cuádriceps, lo que evitó su debut en la NFL.Entonces, desde 2004 se sumó a las filas de los New England Patriots como entrenador asistente de reclutamiento, donde su carrera fue ascendiendo poco a poco durante más de 14 años, hasta convertirse en el coordinador defensivo de los actuales campeones de la liga.Flores es el segundo de cinco hijos de su padre Raúl y su madre María, dos inmigrantes que arraigaron la cultura catracha en Brian, que recuerda con cariño su adolescencia en Honduras.“Es un hermoso país, lindas personas y gente muy buena que trabaja mucho y tengo grandes recuerdos de cuando he ido. He volado a San Pedro Sula, después tomé un bus a La Ceiba, luego a Trujillo donde tengo mucha familia.“Muy buena comida, hombre, amo la comida hondureña, tortillas, frijoles, tajadas. Es un lugar especial para mí y mis padres están muy orgullosos de venir de ese país, mis tíos también”, respondió Brian Flores en la semana del Super Bowl LII al Diario Diez de Honduras en 2018.En la rueda de prensa de su presentación como head coach de los Miami Dolphins, Brian no se olvidó de sus raíces y dedicó palabras de agradecimiento para su familia y el pueblo hondureño.“Mis padres emigraron para construir una mejor vida para mí, mis hermanos y para toda la familia. Trabajaron extremadamente duro y no crecimos con mucho. Tuve una gran infancia, tal vez no tuvimos mucho dinero pero éramos ricos en amor”, apuntó Flores en una cita destacada por el portal de La Prensa del país centroamericano.Flores ahora afrontará su primer reto como entrenador en jefe de una franquicia de la NFL, Miami, donde será primer coach hispano y el segundo de raza de color en dirigir a los Dolphins.Flores es el noveno pupilo de Bill Belichick, head coach de los Patriots, que se convierte en entrenador en jefe de un equipo de la NFL.Será el décimo HC de los Dolphins desde 2004, lapso en el que él ganó tres Super Bowls en Nueva Inglaterra y ahora se une a Miami que no gana un partido de playoffs desde el 2000. Ese es el reto que afronta este joven estratega, orgulloso de sus raíces hondureñas. Por Luis Óscar Rosas