La verdad duele: un golpe duro a la NFL

Bennet Omalu, doctor patólogo forense, de origen nigeriano, tuvo la oportunidad de realizar una autopsia a un jugador de futbol americano: Mike Webster.

Webster era jugador de los Pittsburgh Steelers, miembro del Salón de la Fama de la NFL y el mejor centro en la historia de la NFL

En sus últimos días de vida, Webster se mostraba fuera de sí, con conducta errante, vivía en su camioneta y ningún analgésico le hacía ya efecto a los dolores que padecía.

Al morir el exjugador, el Dr. Omalu le realiza la autopsia y se cuestiona el por qué alguien tan joven pueda enloquecer de esa forma.

El doctor inicia una serie de investigaciones al cerebro de Webster, y en sus resultados puede ver que los golpes ocasionados por el deporte, hacen que la cabeza sufra traumatismos cerebrales.

Oficialmente nombra a su estudio como Encefalopatía Traumática Crónica, que es una afección derivada de traumatismos craneales repetidos a lo largo de los años, es decir, constantes golpes por un periodo extendido de tiempo.

El Dr. Omalu busca advertir a colegas sobre esta situación, porque él considera que el futbol americano mata a los jugadores que sufren de ETC.

La NFL al escuchar de su estudio, lo acusan de fraude y piden que se retracte sobre su estudio.

Siendo el deporte más popular de Estados Unidos y que genera tantos millones de dólares, la NLF logra su cometido y logra tranquilizar a la gente diciendo que las concusiones no llevan a la muerte a sus exjugadores.

El Dr. Omalu sufre una serie de amenazas en su contra y decide mudarse a California y poner a su familia, ante todo, renunciando a todo lo que había construido.

Al morir un exjugador y miembro de la junta de la NLF, es cuando reconocen la conexión entre las conmociones y los efectos neurológicos que éstas tienen en el cerebro de un jugador.

Gracias a las investigaciones del Dr. Omalu, la NFL y el futbol cambió, pues al costarle miles de dólares en demandas, decidieron crear un protocolo de conmoción y sancionar ciertos golpes.

Definitivamente para los fanáticos del futbol americano (y no tan fanáticos), es una película que no se pueden perder.