Historias del Mundial: cuando el fascismo impuso a su campeón

El de Italia en 1934 fue un certamen marcado por la voluntad de Benito Mussolini por demostrar la superioridad de su régimen ante el mundo.

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Italia fue campeón en 1934 con la marca del régimen fascista de Benito Mussolini en un evento que fue la muestra de la influencia de la política en el deporte, en un país bajo esa convicción.

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Italia 1934 fue el segundo Mundial de la historia y allí no participó el campeón vigente Uruguay como protesta por la ausencia de los europeos en el Mundial de 1930. Tuvo 16 equipos en competencia.

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El Mundial estaba marcado por las políticas de los nazis en Alemania y del fascismo en Italia, por lo que se convirtió en una obsesión para Mussolini el triunfo como local como método propagandístico.

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En el simposio "La Importancia y el impacto de la Copa Mundo de la FIFA", uno de los investigadores afirmó que Mussolini influyó en las decisiones arbitrales y demás para el triunfo de Italia.

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Ese Mundial que no tuvo grupos sino series de eliminación directas enfrentó en octavos de final a Italia contra Estados Unidos, en triunfo 7-1 para los locales.

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Mussolini, cuyo lema era vencer o morir, acompañó de cerca al equipo y más en el duelo contra España en cuartos de final, cuando luego de 120 minutos recios los equipos no pasaron del 1-1.

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Para el desempate se recurrió a un nuevo partido en el que se asegura que el árbitro René Mercet favoreció a los locales, al punto que a su regreso a Suiza fue suspendido de por vida del arbitraje.

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Luego del triunfo de Italia 1-0 sobre España, en gol con falta sobre el arquero Ricardo Zamora, la semifinal enfrentó a los loales contra Austria, en otro duelo que tuvo polémicas arbitrales.

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El gol del argentino nacionalizado italiano Enrique Guaita fue con una falta de Giuseppe Meazza contra el arquero austríaco, algo que el sueco Ivan Eklind no sancionó.

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Checoslovaquia llegó a la final tras eliminar 3-1 en la semifinal a Alemania y con un equipo sobresaliente.

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La selección de Italia, luego de ese trayecto, casi que estaba obligada a ganar pues detrás suyo estaba el deseo de un país, en especial el de su líder Benito Mussolini.

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Luego de un partido en el que arremetió el local y en el que se omitieron faltas para el visitante, fue Checoslovaquia el que sorprendió con gol de Antonin Puc a falta de 15 minutos.

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A cinco minutos del final, el argentino nacionalizado italiano Raimundo Orsi igualó y obligó al primer tiempo extra en la final de un Mundial.

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En el tiempo extra, al minuto 95, fue Angelo Schiavio el que puso el 2-1 de ventaja para Italia y ahí terminó el juego. Uno de los jugadores afirmó que de no ganar los "hubieran matado".

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El triunfo de Italia en 1934 fue el orgullo del primer país europeo en ser campeón de un Mundial, en un título que sin duda dejó el sello del fasciscmo en la historia del fútbol.

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