El francés Sebastien Ogier se proclamó campeón del mundo de rallies por quinta vez consecutiva este domingo en la última jornada del Rally de Gran Bretaña, en el que se impuso su compañero británico Elfyn Evans.Este éxito le convierte en el segundo piloto con más títulos de la historia del World Rally Car (WRC) por detrás del también francés Sebastien Loeb (nueve).En 2013 Ogier tomó el testigo de Loeb, que se había impuesto en las nueve ediciones anteriores del Mundial, por lo que en los últimos 14 años la competición siempre ha sido ganada por un piloto francés."Este año ha sido complicado, pero lograr esto al final es increíble. Hemos trabajado muy duro", señaló el campeón entre lágrimas.Para lograr el título antes de la última prueba en Australia, del 16 al 19 de noviembre, le hacía falta terminar con un margen de 31 puntos sobre sus dos últimos rivales, el belga Thierry Neuville (Hyundai) y su compañero estonio Ott Tänak.Tercero en la carrera y cuarto en la Power Stage, Ogier acabó con 32 puntos de ventaja sobre Neuville, segundo en la general y ganador de la Power Stage, y 46 sobre Tänak, sexto.El otro ganador del día fue Evans, de 28 años, que logró su primera victoria en la máxima competición. Hasta ahora contaba con cuatro podios en 62 carreras desde 2007.El galés, único piloto local con opciones, figuraba entre los favoritos a la victoria gracias a sus neumáticos DMACK, desarrollados especialmente para la ocasión.En casa, su equipo M-Sport vivió un excelente domingo, logrando además su cuarto título de constructores (tras 1979, 2006 y 2007), el primero sin el apoyo oficial de Ford.La temporada de M-Sport, con el doblete piloto-equipo, tiene un valor deportivo especial, porque la formación no dispone de los medios económicos ni humanos de un constructor.Ogier, que ganó sus primeros cuatro títulos con Volkswagen hasta la retirada de la marca alemana a finales de 2016, es únicamente el tercer piloto de un equipo privado que logra el Mundial, tras el alemán Walter Röhrl y el finladés Juha Kankkunen.