"Un invento para vender zapatos", así catalogó un directivo español la marca de maratón impuesta por el keniata Eliud Kipchoge el pasado sábado en Monza.El africano corrió los 42.195 kilómetros en 2 horas y 25 segundos en el circuito de Fórmula 1 de Monza, aunque esa marca no fue homologada como récord mundial por la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo ( IAAF). Se quedó muy cerca de superar el mito de las 2 horas. José María Odriozola, miembro del Consejo Directivo de la IAAF, explicó lo siguiente: "Lo veo como una operación comercial. Dicen que ha usado un calzado revolucionario que ahorra un 4 por ciento de energía, pero no explican cómo, no se sabe si los zapatos son reglamentarios desde el punto de vista del grosor de las suelas, del tacón, etc".Agregó que "había un coche eléctrico delante, muy cerquita, que no contaminaba pero que le estuvo protegiendo del aire durante mucho tiempo. Esto no es ciclismo, pero eso ayuda, y luego rodeado de un montón de liebres (corredores que protegen), pero lo más importante, eran casi 18 vueltas a un circuito de 2,4 km casi totalmente plano, pero no sé como hicieron la medición".Odriozola sentenció que el evento "fue un invento para vender zapatos, un brindis al sol".Aunque el directivo se quitó el sombrero ante el atleta: "eso no quita para que sea uno de los mejores de la historia y con capacidad para andar en esos tiempos o cercanos, porque tiene muy cerca el récord del mundo, pero allí en Monza todo parecía un poco artificial. Como hay mucho dinero por batir marcas y bajar de determinados tiempos, nunca se sabe. El circuito puede estar homologado y luego no corres exactamente por donde debes correr".