Mágico e inolvidable resultó el LXXI aniversario de la Monumental Plaza de Toros México, el cual fue triunfal ya que se cortaron cuatro orejas, pero más que eso lo importante fue el cumulo de vivencias que llenó e hizo la tarde. Los encargados de crear el festejo fueron los matador José Antonio Morante, “ Morante de la Puebla”, Julián López “El Juli” y Luis David Adame, que lidiaron un encierro de Teófilo Gómez, bien presentado y noble en su juego, todo ante una entrada que permitió ver el tendido numerado lleno y una regular entrada en el general.Previo a la corrida hubo una serie de bailables regionales en el ruedo y una exhibición de floreo de reata, posterior se hizo el paseíllo y llegó la primer sorpresa, para celebrar el cien aniversario de la Constitución Mexicana de los Estados Unidos Mexicanos, por ello el paseíllo lo encabezo una escolta de charros montados a caballo enarbolando el lábaro patrio, y previo a saludar al juez de plaza los toreros se entono el Himno Nacional, algo que resultó emotivo, ya que la gente desconocía que esto iba a suceder, pero al escuchar las notas de nuestro himno las voces se fueron sumando y muy pronto todos los aficionados se sumaron y se convirtieron en una sola voz fundida entonando el himno. Tras el momento emotivo inicio el festejo primero fue reconocido Morante, quien invitó a Juli y Luis David, a compartir el tercio con él.Saltó a la arena “Cantabro”, que fue con el que Luis David Adame, confirmó la alternativa el de Aguascalientes, pronto se adueño del escenario, se le vio desenvuelto y disfrutando lo que hacía ante su burel, al que toreó bien a la verónica para lucir posteriormente con un vistoso quite por zapopinas.Tras confirmar de manos de Morante y el testimonio de El Juli, le brindó a su hermano el matador Joselito Adame. Su trasteo lo inició con un impactante cambiado por la espalda y de ahí fue construyendo su trasteo al cual le faltó un toro con bravura, al final del festejo eso fue lo que faltó en la plaza, la bravura de los toros, el astado se fue viniendo a menos conforme paso el trasteo, con decisión mantuvo el interés de su faena principalmente derechista, la que lamentablemente pinchó, porque de no haber sido así, posiblemente hubiera podido haber paseado una oreja, que quedó en una salida al tercio.Con el cierra plaza, luego que Morante y El Juli, ya habían tocado el cielo con su toreo, las cosas se le pusieron cuesta arriba, ya que el toro no camino, de ahí anunció un regalo de la ganadería de Fernando de la Mora, que tampoco dio el juego deseado, aunque se esperaba más de él después del espectacular tumbo que le propinó al picador Curro Campos. Al final el toro se desfondó y no hubo manera de llevar a buen puerto el trasteo.Para Morante de la Puebla, fueron “Ramaliego”, ante el que cumplió ya que el toro no sirvió para su toreo, cosa contraria a lo que sucedió con “Muchacho”, un aldinegro que tuvo una nobleza ante la cual Morante se sintió a gusto, se dejo invadir por los duendes y volvió a mostrar los mejor de su toreo personal con el que enloqueció literalmente a la plaza a la que llevó a un punto alto.Desde que se abrió de capa se sintió que la faena iba a llegar, y así fue, los momentos mágico se fueron hilvanando para dar forma a un trasteo lleno del genio personal de Morante. Mató de estocada recibiendo en inmejorable sitio y llegaron para él las dos orejas que paseo entre la algarabía de una plaza entregada.Y si Morante, fue la magia, el madrileño Julián López “El Juli”, fue la maestría, ante “Abuelo” y “Don Marcos”, el torero, que este próximo marzo cumplirá veinte años de haberse presentado aquí en México, regaló dos faenas de ensueño en las cuales dejo salir lo mejor de su tauromaquia, no se puede decir que faena fue mejor, porque cada una rayo en la perfección lo cierto que de la primera perdió las dos orejas por fallar con el acero y de la segunda perdió un rabo por su mal desempeño, precisamente por el mal manejo de la espada.Afortunadamente dejo la espada en el segundo viaje y gracias a ello pudo pasear dos trofeos, mientras al toro se le dio un exagerado premio de vuelta al ruedo, y digo exagerado porque el toro no fue bravo, cierto que un sector del público pidió el indulto para él, pero fue más por el deseo de no ver pinchar al de Madrid, tal vez por ello el juez ordeno la vuelta, sin usar su criterio. Afortunadamente eso no empañó en nada el triunfo del torero que entendió a la perfección la nobleza del animal que enfrento.Al final de la triunfal tarde, Morante y El Juli, salieron a hombros para sellar así el aniversario de la Monumental Plaza de Toros México, que vivió un fin de semana realmente inolvidable.