Las calles de Pamplona lucieron llenas en el tercer encierro de los San Fermines 2017, y aún así no hubo cornados.Debutó la ganadería salmantina del Puerto de San Lorenzo, así que hasta antes de que se escuchara el xupinazo la incógnita estaba en el aire.Tras escucharse los tres cánticos tradicionales a San Fermín, patrono de la ciudad, se abrió la puerta de los corrales para dar paso a los seis toros y los cabestros. Superada la cuesta de Santo Domingo, un toro aldinegro, de nombre "Huracán", tomó la cabeza de la manada y alcanzó una velocidad vertiginosa para hacer el recorrido en solitario, imprimiendo miedo y emociones a su paso. El astado tuvo nobleza, ya que a pesar de que miraba no hizo por los mozos, aunque a varios se los llevó por delante, atropellándolos más que embistiéndoles.Fue la caída de un corredor antes de entrar a la plaza, con el que tropezó. A la salida del callejón prendió a un mozo contra la pared, quien milagrosamente se salvó de una cornada.La segunda parte del encierro lo hizo arropado por los cabestros y fue a buen ritmo, prácticamente sin ningún problema. El tercer encierro se cumplió en un tiempo de dos minutos y veintidós segundos.El informe de heridos tras el encierro dejó únicamente a dos lesionados por traumatismo, uno en el tórax y otro en la espalda.El lunes se correrá el encierro de Fuente Ymbro, que se caracteriza por su velocidad.