El cielo de Chelsea y el infierno de Manchester United en un solo partido

Los dirigidos por José Mourinho sufrieron una goleada 4-0 en un partido que significa una nueva decepción dentro del proceso del portugués.

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La realidad diferente de los dos gigantes de Inglaterra y Europa se presentó en el partido en el estadio Stanford Bridge, cuyo trámite sorprendió a propios y extraños.

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El francés Paul Pogba era parte de un equipo que llegaba optimista tras una buena actuación durante la semana en Europa League. Parecía un nuevo respiro.

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El técnico del Manchester United incluso recibió un caluroso saludo por parte de sus antiguos dirigidos, entre ellos el capitán en su época, John Terry.

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Un gol al primer minuto de juego es un mal presagio de partido. El español Pedro Rodríguez puso a celebrar a su equipo y le complicó las cosas a los 'Diablos Rojos'.

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El llamado de atención para un Manchester United que no entró a la altura de un gran club y que pareció desconcentrado, justo contra un rival motivado.

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La impotencia de Mourinho desde el banco se hizo evidente.

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Chelsea subía su ánimo con el gol al minuto 21 de Gary Cahill que pronto abría las diferencias a un 2-0 que le daba la tranquilidad en el partido y frente a su gente.

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Mourinho intentó hacer cambios, pero su semblante hacía cada vez más evidente que no encontraba cómo cambiar el rumbo del partido a favor de Manchester United.

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Antes de los 20 minutos del segundo tiempo, Chelsea alargó la diferencia y la alegría se convertía en euforia. Eden Hazard convertía el resultado en una paliza.

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La frustración del español David De Gea se hizo más que evidente. Estuvo buena partedel partido sacando balones desde el fondo de la red, imagen que no es común.

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El éxtasis para Chelsea llegó al minuto 25 del segundo tiempo con el cuarto tanto, el de Kante, para imponerse 4-0 contra Manchester United. El cielo fue azul.

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Manchester United tiene a varias estrellas de talla mundial, algunas como las mejor pagadas del mundo, pero una derrota 4-0 lo aleja de su propósito de ser campeón y es protagonista pero por los malos resultados. El infierno es rojo.

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La resignación de Mourinho con Manchester United y la felicidad de Antonio Conte con Chelsea se cruzaron en un saludo al final del partido, con dos historias y mundos diferentes en Inglaterra.

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