El encierro de Torreón de Cañas del ganadero Julio Uribe, estuvo ejemplarmente presentado, una corrida de toros con toda la barba, que además fue la materia prima ideal para el triunfo de los toreros Arturo Saldivar, Diego Silveti y Roca Rey.Arrastre lento al tercero y al sexto. Y destacaron por su calidad y ritmo el primero y el séptimo de regalo. Los otros no se dejaron, pero no tuvieron complicaciones. El del rejoneador Sebastián Torre fue bravo y con buena calidad. En el último toro salió el ganadero a dar la vuelta al ruedo como reconocimiento al juego de sus toros.El rejoneador Sebastián Torre no ha tenido una actuación afortunada, con mucha voluntad, pero muy errático al momento de clavar rejones y banderillas, fue silenciada su labor. Actuaron los forcados mexicanos, reapareciendo Bernardo Rodríguez, después de tres años de haber perdido un ojo en su actuación en la misma plaza, los foracados no pudieron conseguir la pega en su intento. El público ovacionó con cariño a Bernardo en la vuelta al ruedo que dio por su despedida de los ruedos. Arturo Saldívar se enfrentó en primer lugar a un precioso toro berrendo que fue muy bueno, él estuvo con una gran actitud y logró conseguir momentos con ambas manos muy importantes. Por ser el primer toro de los de a pie, la gente no estuvo tan entregada con él. Lo mató de una estocada completa y cortó con ello, la primera oreja de la tarde.Su segundo, un colorado de lámina impecable, tuvo calidad, y al inicio parecía que venía la faena grande, desafortunadamente el toro se paró, durando muy poco, y todo se vino a menos, estocada a un tiempo un poco baja para ser silenciado. Diego Silveti no tuvo suerte con su lote. Su primero, un colorado de impresionante trapío, fue muy deslucido y su segundo se acabó muy pronto, no hubo nada que hacer, lo pinchó en varias ocasiones y escuchó un aviso.Obligado por las circunstancias, regaló un toro; un precioso salinero que tuvo fondo y humillaba mucho. Diego no dejó escapar la oportunidad y aunque hacía un verdadero vendaval, le cuajó muletazos muy templados y profundos por el pitón derecho. Por el izquierdo le dio una tanda a despecho del viento, terminó con bernardinas sin la espada y finalmente remató la obra con un espadazo que hizo rodar al toro, para cortar dos orejas. Andrés Roca Rey es un torerazo, un hombre de cabeza clarísima, de valor intocable, y por si fuera poco, torea con un temple y una dimensión desconocida. Hoy demostró en Texcoco que no lo para nadie. A su primero le cuajó unos naturales interminables de largos y unas dosantinas de círculos casi infinitos, poniendo a la gente de pie, desafortunadamente la espada cayó muy desprendida y el juez le otorgó la oreja que merecía, pero que unos pitaron, y que devolvió al tendido, dando una vuelta.Con su segundo, que parecía que no iba a funcionar, lo fue sobando pacientemente y lo hizo tan bien, que el toro se entregó y terminó haciéndole una faena increíble con el público entregado. Lo reventó con la espada con un cañonazo que le hizo caer sin puntilla. Dos orejas a sus manos fueron a dar por esta preciosa obra que también superó al vendaval.Al final del festejo salieron en hombros Diego Silveti y Andrés Roca Rey en medio de la ovación  del público, y con ello se cerró la edición 2017 de la Feria de Texcoco.