Fue una batalla sin cuartel, sobre todo en el arranque pues apenas en el primer asalto Luis Ortíz soltó las manos y metió una combinación de tres golpes que estallaron en el rostro del Destroyer quien estuvo a punto de caer.
En el segundo round ambos pugilistas soltaron la dinamita aunque fue Ruíz quien sacó la mejor parte pues con un tremendo derechazo depositó en la lona al cubano.
Parecía que todo estaba cerca de definirse pero Ortíz sacó fuerza, aguantó candela y encontró una zurda poderosa que sacudió al mexicano quien sintió la pegada del King Kong.
Los dos se sintieron y fueron más cuidadosos en los rounds posteriores, cuidando no caer en errores ya que habían presentado las credenciales y en cualquier momento un cañonazo podría aparecer y definir todo.
El round 7 nuevamente fue complicado para Ortíz quien recibió tremendo gancho de derecha al parietal y nuevamente fue a parar a la lona aunque la campana terminó por salvarlo pues quedaban pocos segundos.
Ortíz tuvo su mejor round en el décimo episodio, pero para la onceava vuelta Ruíz le cerró el ojo izquierdo al rival con una poderosa combinación que terminó con un volado de derecha que estuvo a nada de derrumbar al cubano que aguantó como los grandes.
El round 12 fue de alarido, los dos sacaron lo que les quedaba, intercambios, guardias abajo por momentos, misiles, soltaron todo el poder pero ambos aguantaron a pie firme para dejar todo a las tarjetas de los jueces.
