Rayados homenajeó a Suazo y venció 3-1 a Herediano

“Oe, oe, oe, oe, Suazo, Suazo”, “chileeeeno, chileeeeno”, estos cánticos se escucharon por primera vez en el nuevo estadio de Rayados,en el homenaje a Humberto Suazo, el más grande goleador en la historia del club albiazul.

Se fue con el puño en alto como un conquistador, con el gafete de capitán en el encuentro de su homenaje, representando el líder que fue para el equipo en los momentos que se le requirió y besando el escudo, mostrando una vez más el amor que le tiene a los colores de la Pandilla.

Con más kilos que la última ocasión en que jugó un partido con "La Pandilla", "El Chupete" agradeció en todo momento el cariño de la hinchada, a la que le dio 121 goles y se echó al hombro al equipo para conquistar cinco campeonatos, tras jugar sus últimos 66 minutos con el Monterrey, dejando su lugar al canterano Misael Domínguez.

Apenas a los 50 segundos de iniciado el encuentro frente al Herediano de Costa Rica, Suazo tuvo la primera de peligro, después intentó picarla para clarear al portero tico sin éxito. Por más que lo buscó y que sus compañeros intentaron ayudarle, en esta ocasión su mejor amigo en su estancia en Rayados, el gol, se negó a despedirse del andino.

El juego fue además también una última prueba para Antonio Mohamed de ir conformando el once con el que enfrentará la primera fecha ante Puebla, pero teniendo en claro que es Dorlan Pabón su mejor hombre hasta el momento, al ser el colombiano quien marcó dos goles y dio el pase para otro, pero que también tendrán que prescindir de él, pues sería convocado por Colombia a los Juegos Olímpicos.

Fue a los 25’ con un golazo de fuera del área, que el cafetalero abrió el marcador 1-0, Pabón imprimió tal potencia a su disparo que le dobló la mano al portero Moreira. A los 52’ desbordó por derecha y mandó un servicio a la llegada de Ponchito González para el 2-0 y a los 60’ otro disparo potente de Dorlan hizo el 3-0, contando con la complicidad del portero tico.

Herediano acortó distancias a los 81’ por medio de la vía del penal, cobrado por Randall Azofeifa, cerrando una fiesta que fue completamente para el mejor jugador en los 71 años de historia que ha tenido el Club de Fútbol Monterrey.