Deportes

    La brecha salarial en el deporte es real y poco se ha avanzado para erradicarla

    Aunque el 83 por ciento de los deportes pagan premios equitativos, en el fútbol la brecha es abismal y en general se acrecenta con profesionales.

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    Por:
    Ricardo Otero.

    La tenista Serena Williams es la única mujer que aparece en la lista de los 100 deportistas mejor pagados de Forbes.

    Imagen AP
    La tenista Serena Williams es la única mujer que aparece en la lista de los 100 deportistas mejor pagados de Forbes.

    Que sea Cristiano Ronaldo el deportista mejor pagado del mundo no es noticia. Su talento y capacidad, jugar para el club más adinerado del planeta y el valor de su imagen como marca, le generan ingresos por 93 millones de dólares. Pero que la mujer mejor pagada aparezca hasta el lugar 51 de la lista es de llamar la atención.

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    El tradicional ranking anual de la revista Forbes, cuya última actualización data de junio de 2017, coloca a la estrella del Real Madrid por encima del basquetbolista LeBron James (86.2 mdd) y el futbolista del Barcelona Lionel Messi (80 mdd) como los deportistas con mayores ingresos a nivel mundial.

    Serena Williams percibió 27 millones entre el 1 de junio de 2016 y el 1 de junio de 2017, periodo que comprenden los datos para el ranking. Maria Sharapova solía aparecer en el listado, pero a la mitad de ese año recibió su sanción por dopaje, a causa de una prueba en el Abierto de Australia de enero de 2016, lo que le hizo perder patrocinadores y eventuales premios por los torneos de media temporada en la WTA.


    Ninguna otra mujer aparece en el listado de los 100 mejor pagados.

    Que Williams y, en su momento, Sharapova aparecieran obedece a que el tenis es el deporte profesional donde la brecha salarial entre hombres y deportes es menor, pero aún existe y de manera clara. Los torneos Grand Slam, así como los Masters de ATP y los Premier Mandatory de la WTA, equivalentes en nivel deportivo, no tienen diferencia alguna en los premios monetarios según su género, pero no es así en el resto.

    Como muestra, la rumana Simona Halep, quien terminó 2017 como primer lugar del ranking femenino, recibió 5.27 millones de dólares en premios, por 12.7 millones de Rafael Nadal, su contraparte del circuito masculino.

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    Pero si bajamos más en las clasificación, el 100 de la ATP, Jeremy Chardy, ha ingresado en lo que llevamos de 2018, prácticamente dos meses de temporada, 77 mil 487 dólares, por 26 mil 30 de Sachia Vickery, la 100 de la WTA. El triple.

    En el fútbol, la brecha es mucho más grande.

    Para muestra, la selección campeona mundial de Brasil 2014, Alemania, recibió 35 millones de dólares como premio, mientras que la selección femenina de Estados Unidos ingresó 2 millones tras ganar la Copa Mundial de Canadá 2015.


    El monarca de Rusia 2018 recibirá 38 millones de billetes verdes, mientras que lo que cada selección clasificada tiene asegurados 8 millones, el premio a los que queden eliminados en la fase de grupos, 300 por ciento más que el equipo campeón femenino.

    Aunque se han dado pequeños pasos: apenas en octubre pasado se anunció que las dos selecciones absolutas de Noruega percibirán prácticamente los mismos ingresos anuales gracias a un ajuste en el que los varones cedieron 58 mil euros (72 mil dólares), para quedarse en 642 mil (796 mil), mientras que a las mujeres se les duplicó la cifra para llegar a 640 mil euros (794 mil).

    En fútbol femenino, Noruega ya presume un título mundial, dos continentales y un oro olímpico, en tanto que en el masculino, su selección apenas ha jugado tres Mundiales y una Eurocopa, con mayor logro para presumir los Octavos de Final de Francia 1998.

    Un estudio de la BBC, publicado en diciembre pasado, reveló que en el 83 por ciento de 44 deportes consultados existe equidad en los premios según el género, sin embargo, cuando las cifras son de seis o más dígitos, empiezan a notarse las diferencias.

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    Además del caso del fútbol, en el cricket, popular especialmente en el sur de Asia, se le dan 4.31 millones de dólares al campeón mundial masculino, por 654 mil al femenino.

    En el US Open de golf, el ganador masculino se embolsa 2.5 millones de dólares, el doble de su contraparte femenino.

    Romper la cadena depende de mucho más que simple voluntad. Los organizadores de los torneos y eventos deportivos le echan la bolita a los patrocinadores y estos a su vez a las audiencias. El estudio más reciente sobre el tema, revela que solo el 0.4 por ciento de la inversión total global en patrocinios deportivos fue dada a mujeres, de acuerdo con la publicación Marketing Week.

    Incluso en los Juegos Olímpicos, donde no hay dinero por premios de por medio, hay sutiles programaciones que evidencian las diferencias de atención entre los géneros. La Final de fútbol femenino se juega el jueves previo a la clausura (que se realiza en domingo), dos días antes de la Final masculina, en día tradicionalmente no laboral y que permite una mayor audiencia.

    En el caso de los Juegos de invierno pasa algo similar con el hockey, pues la Final femenina de Pyeonchang 2018 - un thriller psicológico entre Estados Unidos y Canadá- se jugó el jueves 22 de febrero, tres días antes de la Final masculina entre Alemania y el equipo de Atletas Olímpicos de Rusia, que se celebró horas antes de la ceremonia de cierre.

    Muchas de las grandes bolsas aún son inaccesibles para las mujeres, solo por el hecho de tener un cromosoma diferente.

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