Con la calculadora en la mano, Olympiakos consumó fracaso del Milan

En un partido auténticamente de locos, con polémica, jugadas chuscas y mucha adrenalina, Olympiakos derrotó 3-1 al Milan para avanzar a los Dieciseisavos de Final de la Europa League y de paso consumar el fracaso del cuadro italiano.

Este resultado, aunado al empate del Betis (líder con 11 unidades) ante Dedulange, eliminó a unos rossoneri que finalizaron con los mismos puntos que los griegos (10), pero con peor diferencia de goles (+3 vs.+5) en el Grupo F.

Fue un auténtico milagro que en el primer tiempo no cayera ningún gol. Ambos equipos, con propuestas sumamente ofensivas, generan un sinfín de llegadas de peligro, pero la falta de puntería fue la constante.

El inicio de la parte complementaria fue una réplica hasta que Olympiakos logró batir el cero y abrir el marcador al 60'. En un tiro de esquina prefabricado, Abou Cisse aprovechó un rechace del portero y de cabeza, con el arco vacío, puso arriba a los griegos.

Dos minutos después, en una jugada poco antes vista, el defensor colombiano Cristian Zapata salvó con el trasero el segundo gol en contra.

Miguel Guerrero se había lucido con tremenda jugada individual, remató a gol, Reina rechazó el esférico y el contrarremate de Daniel Podence fue tapado por un heroico Zapata.

La fortuna del Olympiakos volvió a apoderarse del partido y de la manera más incrédula los griegos aumentaron su ventaja.

Guilherme se animó de larga distancia y su disparo fue desviado por el hasta entonces salvador Zapata, lo que cambió por completo la dirección del esférico que se coló al ángulo.

Al 71’, el colombiano logró reivindicarse y otra vez se convirtió en el héroe al descontar para el Milan. El zaguero remató quién sabe cómo, pero la pelota rebasó la línea de gol llorando para poner el 2-1, resultado que tenía a los pupilos de Gattuso en la siguiente fase.

El gusto les duró poco ya que el árbitro central decretó una pena máxima sumamente rigorista a favor del Olympiakos al minuto 79.

Konstantinos Fortounis no perdonó y desde los 11 pasos cobró a la perfección, anotando ese tercer gol que les daba el pase y que decretaba el fracaso del Milan.

Los últimos minutos fueron una verdadera locura con la visita volcada al frente y con el cuadro local buscando sentenciar el partido mediante un contragolpe.

Al final, de manera sumamente sufrida, Olympiakos dio la campanada del certamen, avanzó a los Dieciseisavos de Final y eliminó a un Milan que era considerado uno de los grandes favoritos.