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    Juventus: Los chicos buenos siempre salen últimos

    La escuadra italiana se colapsó como castillo de naipes ante un rival tan caótico como implacable e inmisericorde.

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    Por:
    TUDN

    ¿Podrá ser alguna vez para Gianluigi Buffon?

    Imagen Adrian Dennis (Getty)
    ¿Podrá ser alguna vez para Gianluigi Buffon?

    Sobre la belleza femenina, el controversial escritor francés Michel Houellebecq dijo alguna vez que la tragedia de las mujeres más guapas consiste en que solamente los seres más viles logran cortejarlas y seducirlas. La misma idea, expresada al revés, señala que los chicos buenos siempre terminan con las manos vacías.

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    No hay misterio en la simpatía despertada entre los neutrales por la Juventus de Turín. Quienes no nos proyectamos ni en Cristiano Ronaldo ni en Sergio Ramos veíamos en la escuadra de Massimiliano Allegri un monumento al juego colectivo y al trabajo en equipo. Uno para todos y todos para uno.

    Con el paso de los minutos, nuestra proyección se iba en el rostro silencioso de Gianluigi Buffon viendo al suelo tras el primer y el tercer gol de los merengues, celebrados y vitoreados con la sonoridad del ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍ! que todos hemos escuchado.

    El portugués anotó un doblete, mientras que los otros goles los marcaron Casemiro, Marco Asensio y Mario Madzukic, este último par ala Juventus.
    Un partido redondo para el Real Madrid y su entrenador, Zinedine Zidane, en una tarde histórica para el conjunto merengue que escribe otro capítulo de su gloria con letras de oro.
    Por su parte, a Massimiliano Allegri y la Juventus no le salió nada más que la acrobática anotación de Mandzukic en la primera parte.
    Los XI de la Juventus: Buffon; Barzagli, Bonucci, Chiellini, Alex Sandro; Khedira, Pjanic; Dani Alves, Dybala, Mandzukic; Higuain.
    El XI del Real Madrid: Keylor Navas, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric, Isco, Benzema, Cristiano.
    Las acciones del partido las comenzó dominando el equipo italiano, mientras que el español tenía en algunos chispazos de Cristiano Ronaldo ciertos acercamientos.
    En el mediocampo del Madrid también estuvo Isco, que terminó de gran manera la temporada, y que supo conseguir un lugar entre la marca que tenía encima.
    En los primeros minutos, Gonzalo Higuaín exigió a Keylor Navas con un par de remates de media distancia, pero el costarricense respondió a la altura.
    Por la banda derecha, Dani Carvajal, comenzaba a llevar peligro al área de la Juventus con desbordes que Mandzukic y Alex Sandro no superion conctrolar.
    Justamente, una combinación entre Carvajal y Cristiano derivó en el primer gol de la jornada en Cardiff. Un remate a ras de césped que alcanzó a desviar un defensa y Buffon no llegó para evitar.
    Comenzaba de esa manera la pletórica noche de Cristiano Ronaldo, quien acompañó su anotación con el festejo habitual y el popular "¡Siiuu!!"
    Un gol que además aumentaba la ilusión de todo el madridismo, en Cardiff y en cualquier parte del mundo, en conseguir la Champions.
    Gol 500, además, del Real Madrid en la competición europea y el que dejaba a CR7 a uno de superar a Messi como el goleador.
    Sin embargo, el suspenso lo puso el croata Mandzukic con una obra de arte que, probablemente, compita por el premio Puskas al mejor gol de año.
    Apenas pasaba el minuto 27 y el partido ya daba muestras de calidad, que prometían una jornada para el recuerdo.
    Mandzukic pedía cabeza fría, lo que le faltaría en la segunda parte a la Juventus en busca de mantener el empate y buscar la ventaja.
    Ya en la segunda mitad, las esperanzas de la Vecchia Signora se fueron al piso con los goles de Casemiro y Cristiano Ronaldo, su segundo de la tarde.
    El brasileño cumplió un gran partido y firmó un gol que bajó los ánimos por completo de la escuadra italiana.
    El madridismo ya se saboreaba la duodécima Copa de Europa. El Millennium Stadium ya lo tenía claro en ese momento.
    Y ni hablar con la anotación de Cristiano, que se quedó como el goleador de la edición con 12 tantos, uno más que Lionel Messi.
    Para terminar de completar una tarde por lo bajo, el colombiano Juan Guillermo Cuadrado se fue expulsado por doble amarilla, después de un pisotón sobre Sergio Ramos –accidental– que el árbitro sintió dei otróa manera.
    La puntilla la puso Marco Asensio, que había ingresado para los minutos finales, tras una gran jugada de Marcelo por izquierda.
    Con su definición, al palo más lejano de Buffon, tambén llegó la última piedra sobre la lápida de la Juventus en una jornada histórica de Champions League que terminó por coronar al Real Madrid una vez más.

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    Imagen AP
    El portugués anotó un doblete, mientras que los otros goles los marcaron Casemiro, Marco Asensio y Mario Madzukic, este último par ala Juventus.

    ¿Qué se dirá en la cabina del vuelo nocturno de Alitalia con destino a Torino? ¿O qué se escuchará? ¿Serán los sollozos de quienes lo entregaron todo, pero pestañearon, y que dicho pestañeo fue castigado con cuatro porrazos pegados por once seres viles vestidos de morado, expertos en la victoria y su seducción?

    Se puede hablar de táctica para examinar la generosidad de los ‘Bianconeri’. Pero la gente se aburriría y hay una imagen que habla más que mil palabras: la del gol del croata Mario Mandzukic, que hacía creer que solo por una vez los buenos cruzarían la meta en primer lugar.

    Para quienes no conocen a Mandzukic, vale decir que es un goleador nato, un ‘killer’, un asesino serial a sangre fría. Levantó una ‘Orejona’ con el Bayern Munich cansándose de hacer goles. Pero para su mala fortuna el capricho de un entrenador lo forzó a marcharse por la puerta de atrás. ‘Que no servía fuera del área, que no era lo suficientemente talentoso, que su sacrificio no era argumento suficiente’.

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    Pues con Allegri el croata comenzó a jugar (y a rendir) fuera del área. A dejarse la piel corriendo por la izquierda. A defender y a atacar y a marcar uno que otro gol de vez en cuando. Si tú se lo pides diciéndole que es por el bien de todos, es capaz de tomar un rifle y una granada e irse a Siria a luchar contra el Estado Islámico.

    La bondad de esa ‘Vecchia Signora’ una vez más quedará sin recompensa: siete finales perdidas de Copa de Europa. Y contando, señores. Los chicos buenos carecen de eso que tienen los seres más viles para llevarse el gato al agua, como dicen en España. También carecen de esa vileza necesaria para explicar el colapso del equipo mejor organizado de los últimos tiempos como si fuera un castillo de naipes.

    Fueron instantes de caos en los cuales los buenos siempre dudan y los malos nunca se piensan las cosas dos veces. Por eso aquellos siempre salen últimos.

    @CesarKickoff

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