Queiroz: lo echaron del Real Madrid y ahora es el Príncipe de Persia

La carrera de Carlos Queiroz ha sido de extremos: desde la opulencia del Santiago Bernabéu hasta la humildad de Sudáfrica y Teherán.

Carlos Queiroz fue el seleccionador portugués encargado de sacar campeona a la generación de Luis Figo de los Mundiales Sub20 de 1989 y 1991.

Como nació en Mozambique (entonces colonia portuguesa en África) tiene alma de viajero: fue pionero en los banquillos de la MLS con los MetroStars en 1996.

Queiroz es graduado de la Universidad de Windsor en Canadá y domina el inglés (entre otros idiomas). Él clasificó a Sudáfrica a la Copa del Mundo 2002. Desde entonces, la selección del país de Nelson Mandela no logra clasificarse mediante fase eliminatoria.

Hay quien dice que Sir Alex Ferguson es un gran líder (pero no un gran estratega). Para lo táctico, su asistente fue Queiroz entre 2002 y 2003 en la primera etapa.

Florentino Pérez echó a Vicente del Bosque en 2003 y lo sustituyó con Queiroz, quien entonces era todavía más desconocido que ahora.

El Real Madrid inició bien la 2002-2003 con Queiroz, pues 'Los Galácticos' pulverizaban a todos.

Sin embargo, el Madrid comenzó a desinflarse en La Liga. El Valencia de Rafael Benítez alzó el título.

Tras diez meses en el cargo, Queiroz fue echado a la calle por Florentino Pérez.

Así que el estratega portugués volvió a Old Trafford para ayudar en la formación de un joven prometedor llamado Cristiano Ronaldo.

Tras la salida de Luiz Felipe Scolari de la selección de Portugal al finalizar la Euro 2008, Queiroz asumió las riendas de la escuadra ya comandada por CR7.

Queiroz logró la clasificación a Sudáfrica 2010, pero Portugal no desplegó un gran fútbol y acabó segunda del grupo liderado por Brasil.

Lo cual significó vérselas con España en octavos de final. Portugal ofreció resistencia, pero la Roja acabó imponiéndose.

Así que Queiroz anunció su salida de la selección. Era difícil manejar a tantas estrellas.

Pasó desempleado un año y en 2011 tomó una decisión aventurada, como las que tanto le gustan: asumir como entrenador de Irán (que no iba al Mundial desde Alemania 2006).

No solamente se trataba de dirigir a un humilde equipo de Asia, sino también hacerlo en un país incomprendido para la gente de Occidente.

En Teherán, capital de Irán, los partidos de la selección se viven en la tribuna entremezclados con celebraciones de índole religiosa. La nación es una República Islámica.

Queiroz obró su primer milagro iraní clasificando para Brasil 2014 con un equipo de hijos de migrantes.

Queiroz aceptó el difícil reto a pesar de no saber hablar el idioma persa y necesitar de traductor todo el tiempo.

En Brasil 2014, Irán basó su juego en el trabajo colectivo con jugadores experimentados como el mediocampista Javad Nekounam (de pasado en el Osasuna de España).

Sin embargo, Irán fue última de su grupo (con Argentina, Nigeria y Bosnia) ya que su nómina era de escasos nombres rutilantes.

Queiroz defendió a Irán de los ataques de la prensa internacional argumentando que la liga iraní no gasta los petrodólares de las ligas de Catar y Emiratos Árabes Unidos (en la foto aparece Jorge Valdivia, del Al-Wahda de EAU jugando contra el Persépolis de Teherán).

Aún así, clubes iraníes se las ingenian para derrotar a los clubes árabes dirigidos por DTs de renombre internacional.

Como el mexicano Javier Aguirre y el danés Michael Laudrup.

Queiroz pone toda la fortaleza de Irán en los trabajos de entrenamiento.

El mejor jugador iraní es el delantero del Rostov de Rusia, Sardar Azmoun.

Queiroz obró su segundo milagro calificando a Irán más de un año antes de Rusia 2018.

En el grupo de Irán estaban Corea del Sur, China y Catar, entre otros.

En Rusia, Irán espera mejorar lo hecho en Brasil 2014.

Queiroz puede presumir una carrera que lo ha llevado de Norte a Sur, de Este a Oeste; y de la opulencia a la humildad.