Honduras

    El Presidente de Honduras lamenta la muerte de Chelato Uclés

    El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, lamentó la muerte del mejor entrenador que ha tenido el país.

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    Por:
    Juan Carlos Cedeño.


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    El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, lamentó la muerte del mejor entrenador que ha tenido el país.
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    El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y dirigentes de distintos partidos políticos lamentaron este jueves la muerte del mejor entrenador que ha tenido el país, José de la Paz Herrera, mejor conocido de Chelato Uclés, al que consideran un referente del fútbol y ejemplo de pasión y amistad.

    Herrera, también conocido por los hondureños como "Chelato", falleció este miércoles a sus 80 años y los hondureños lo recordarán siempre, por haber sido el entrenador que logró llevar a su país a su primera copa mundial, la de España 1982.

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    "El maestro Chelato Uclés le dio muchísimas alegrías a nuestro pueblo; Honduras pierde a uno de sus mejores hijos. Deja un enorme vacío no solo en el fútbol, sino en todo el país. Mi solidaridad para su familia. QEPD", escribió el gobernante hondureño en su cuenta de Twitter.

    Herrera, diputado ante el Parlamento hondureño de 2006 a 2010, murió en un hospital del Instituto Hondureño de Seguridad Social (Ihss), en Tegucigalpa, tras sufrir varios quebrantos de salud.

    Los restos mortales de Herrera, que se preparó como entrenador en Argentina, serán velados por varias horas en las instalaciones del estadio Nacional de Tegucigalpa, indicó a periodistas Rudy Urbina, uno de sus hijos.

    El titular del Parlamento hondureño, Mauricio Oliva, definió a Herrera como un "ejemplo de pasión, corazón, trabajo y amistad".

    "Se queda tu recuerdo imborrable en la memoria y en la historia catracha. Un abrazo hasta el cielo. #ChelatoInmortal",indicó Oliva en sus redes sociales.

    El depuesto expresidente hondureño Manuel Zelaya expresó su pésame por la muerte de Herrera, al que calificó como "el mejor entrenador".

    "El que nos llevó al primer mundial en la historia y buen amigo, José de la Paz Herrera. "Chelato Uclés" descansa en paz. Que Dios lo Guarde en su Seno", destacó Zelaya, quien es coordinador general del partido Libertad y Refundación (Libre, primera fuerza de oposición).

    Por su parte, el candidato presidencial del Partido Liberal, Yani Rosenthal, quien fue ministro de la Presidencia en el gobierno de Zelaya, manifestó su pésame por el fallecimiento de "ese gran hondureño".

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    "Gracias a ese gran hondureño, por todas sus enseñanzas, gracias por hacernos sentir orgullosos de ser hondureños, gracias a José de la Paz Herrera “Chelato Uclés”, el mejor entrenador que ha producido nuestra patria. Descanse en paz maestro", indicó Rosenthal, quien en agosto de 2020 regresó al país después de cumplir una condena de tres años de cárcel en Estados Unidos, por lavado de activos ligados al narcotráfico, sobre lo que se declaró confeso.

    A los mensajes de pésame a la familia también se han sumado dirigentes deportivos, como el presidente del equipo Olimpia, Rafel Villeda, quien subrayó en Twitter que agradeció a Herrera por "tantas alegrías".

    "¡Lamento enormemente la partida del Maestro de Maestros, el querido “Chelato” Uclés! Gracias por tantas alegrías Profe, gracias por su pasión al fútbol y a la vida. QDDG Maestro! Mis muestras de pesar a Francisco, Rudy y a toda su familia. ¡Un fuerte abrazo para todos!", destacó.

    Para el presidente de la Federación de Fútbol de Honduras (Fenafuth), Jorge Salomón, el entrenador "marco la diferencia" en el fútbol, del país.

    "Hoy está de luto el fútbol , falleció Chelato Uclés , el marco la diferencia en nuestro fútbol , un antes y un después , el dio un giro al fútbol hondureño, mi más sentido pésame a todo su familia y Dios lo tenga en su gloria", añadió

    <b>"Nos dijeron que íbamos a un albergue más grande porque no se podía tramitar el proceso donde estábamos porque éramos muchos", </b>dice Walter Lorenzo, de 35 años, quien viajó desde Guatemala junto a su esposa, con cinco meses de embarazo, y su hija de 3 años. Estaban sentados en una banqueta en Ciudad Juárez el 8 de abril de 2021, apenas minutos después de que Estados Unidos los expulsara a México bajo Título 42, una controversial política instaurada por Donald Trump y que el presidente Joe Biden ha mantenido vigente para frenar la migración como consecuencia de la pandemia.
    <b>"No nos dijeron que veníamos a México",</b> recuerda. 
<b>"Queríamos alcanzar el sueño americano, pero no es fácil", </b>dice Lorenzo. Desorientados en Juárez, una ciudad en la que no habían estado antes, asegura que se siente triste: "Este no era el sueño que teníamos y nadie quiere que lo deporten".
    Walter y su familia esperaron sentados unos minutos frente a la salida del puerto fronterizo Lerdo. Decían que un conocido los buscaría y les permitiría quedarse en su casa en Ciudad Juárez mientras encontraban cómo regresar a su país. "Yo no volvería a venir, se sufre mucho. Ya no vale la pena", asegura el padre al recordar las semanas que tardaron para llegar a Estados Unidos pasando hambre, sed y durmiendo apiñados en matorrales.
    Esta familia fue de las que creyó en un coyote que les dijo que Estados Unidos estaba permitiendo la entrada a personas que viajaran con niños. Ya
<b> la esposa de Walter tiene siete meses de embarazo y la niña solo pide a los padres que la lleven de vuelta a su casa:</b> "Por eso mejor nos regresamos. Solo Dios sabe por qué no llegamos", lamenta. Antes de marcharse, la niña guarda un peluche que le regalaron las autoridades mexicanas en la bolsa que les entregó el Departamento de Seguridad Nacional en McAllen para meter unas pocas pertenencias.
    <b>"Nos enteramos que estábamos en México cuando nos bajaron del avión y vimos la bandera", </b>asegura Marvin, un guatemalteco de 37 años que viajó con su esposa y su hijo de 5 años engañados por un coyote que les dijo que Estados Unidos estaba permitiendo la entrada de familias. En su caso, cuenta que huyeron de los criminales que asesinaron a su hermano por una moto y a los que él denunció. "Estaba acostado en la hamaca un día y dos personas llegaron a mi casa y la balearon". Denuncia que las autoridades estadounidenses no les dieron una explicación de por qué los expulsaban y tampoco un papel que les informara qué pasaría con ellos. "No sabíamos por qué nos devolvían. En McAllen, funcionarios de la Patrulla Fronteriza nos dijeron: 
<b>'No vayan a estar lloriqueando, ustedes no están deportados, van a un albergue en Houston, de una iglesia, y desde allá van a poder pelear sus casos'".</b>
    <b>"Todo lo que nos dijeron fue mentira. Han engañado a mucha gente",</b> reclama. Denuncia que ni siquiera les dejaron presentar su caso de asilo o explicar las razones de su migración: 
<b>"No nos dejaron ni decir dos palabras, pisotearon nuestros derechos".</b> Marvin, que está con su familia en un albergue que acondicionó el gobierno municipal de Ciudad Juárez a la carrera, teme que la opción para ellos sea regresar a Guatemala: "Quizás nos toque aceptar la realidad y esperar lo que venga".
    <b>"En ningún momento nos dijeron que nos iban a expulsar",</b> dice Christian García, un hondureño de 22 años, minutos después de ser devuelto con su esposa y su niña de dos años en un vuelo hasta Ciudad Juárez. "Nosotros preguntábamos y preguntábamos que a dónde nos llevarían y nadie nos decía nada". Cuenta que los sacaron en la madrugada de ese mismo 8 de abril de 2021 con la excusa de que los trasladarían a El Paso para que pudieran llamar a sus familiares en Estados Unidos. Esta familia no tiene entre sus planes regresar a Honduras. Christian asegura que allá no tienen casa, la perdieron con el huracán Iota; solo tienen una deuda que contrajeron con conocidos que les prestaron dinero para que pudieran hacer el viaje.
    Una bolsa plástica que en algún momento tuvo adentro las pocas pertenencias que le cupieron a algún migrante devuelto bajo Título 42. Tiene la insignia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y está arrumada en una calle de Juárez. Es lo único con lo que regresan a México. A diferencia de quienes fueron devueltos desde 2019 bajo los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP), 
<b>quienes son expulsados bajo Título 42 de Estados Unidos no reciben una planilla con la fecha en la que podrían comparecer ante un juez de inmigración</b> para exponerle su caso. Eso hace la espera más desgastante, pues los migrantes no tienen idea de si las puertas de ese país se abrirán en algún momento para que ellos puedan solicitar asilo.
    <b>"Quería trabajar en Estados Unidos",</b> asegura Deisi Caal Tiul, una guatemalteca de 18 años que viajó desde su país con su bebé de apenas un año y su amiga Olga Marina Choc, de 21. Tras ser devueltas a Ciudad Juárez bajo el Título 42 fueron recibidas en un albergue que originalmente fue creado para atender a mujeres transexuales solicitantes de asilo. "Nos dijeron que estaba abierta la frontera", cuenta Choc al referirse a la idea que les vendió el coyote. "Pero al llegar a la frontera nos enteramos de que no, que estaba cerrada". Ellas aseguran que no volverán a su país; esperarán el tiempo que sea necesario para poder volver a presentarse ante las autoridades migratorias y pedir asilo.
    El hijo de Deisi no deja de llorar. Ella se levanta de la silla y le muestra el paisaje de Juárez que se ve desde la ventana del albergue. Cree que algún día podrá cruzar. En Estados Unidos la esperan sus tíos.
    "Allá en Guatemala hay mucha violencia. Vinimos para mejorar nuestra vida y nos dejaron aquí (en México)", lamenta Choc. Para ella, el discurso de Biden no es suficientemente claro y los oficiales de migración que los reciben tampoco: "Mienten a la gente (...) Lo único que esperamos es que el presidente cumpla su palabra y que reciba a los de que venimos de Guatemala, ¿o es pura mentira?", se pregunta.
    <b>"Nos agarró migración, no nos explicaron nada, con la misma nos devolvieron. No nos dijeron si iba a haber paso en algún momento",</b> denuncia la guatemalteca Bertila Salazar, de 48 años, que caminó 2,000 millas desde Izábal hasta El Paso, Texas, con su hija de 14 años. Cuando las autoridades de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza la expulsaron a Ciudad Juárez eran las 8:00pm: "Fue desesperante, no sabíamosa dónde agarrar. Tuvimos que preguntarle a los taxistas que dónde había un albergue", cuenta. Así llegaron al mismo lugar que Caal y Choc. "Yo no quiero regresar a Guatemala, está muy perra la situación allá", asegura. Explica que la finca en la que trabajaba, una productora de bananas, se inundó con el paso del huracán Iota y ella, como muchos, se quedó sin empleo. Tiene la esperanza de que en algún momento reabran la frontera y puedan solicitar asilo: "Voy a esperar".
    <b>"Me voy a esperar hasta que abran la frontera",</b> dice la guatemalteca Marta Domínguez, de 26 años, quien viajó con su hija de dos años. Cuando eso pase, asegura que buscará llegar con su mamá, quien vive indocumentada desde hace 17 años en Florida. "Ella me va a ayudar, me dijo que me esperara a que abrieran la frontera. Yo estoy dispuesta a esperar el tiempo que sea, no sé cuándo van a abrir, pero voy a esperar". A ella, los funcionarios de la Patrulla Fronteriza sí le explicaron que no les podían permitir el paso a Estados Unidos porque la entrada de migrantes estaba frenada como consecuencia del coronavirus: "Nos dijeron que nos sacarían y que mejor esperáramos". Ella pensó que la frontera estaba abierta, se lo había dicho el coyote que le vendió el viaje desde su país.
    <b>"Ojalá que el presidente Biden tenga compasión de nosotros",</b> pide Santos Feliciana Maldonado, una guatemalteca de 29 años que esperaba poder trabajar en Estados Unidos para ayudar a sus padres, él con diabetes y ella con problemas en una pierna. Para viajar, se endeudó con un vecino que, cuenta, ahora le cobra con intereses. "Nosotros venimos con gran necesidad", dice, "cuando pienso en eso siento que ya no tengo salida, tengo una necesidad muy grande, ojalá que abran esa frontera". Santos asegura que se escuchan rumores entre los migrantes, como el de que hay otra frontera que está abierta. Mientras tanto, seguirá buscando empleo en Ciudad Juárez hasta que alguien la acepte. Hasta ahora, la han rechazado porque no tiene papeles.
    Una banda con la que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos identifica a los migrantes que tiene por horas durante su custodia hasta que son expulsados a México.

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    Imagen Anna Clare Spelman/Univision
    "Nos dijeron que íbamos a un albergue más grande porque no se podía tramitar el proceso donde estábamos porque éramos muchos", dice Walter Lorenzo, de 35 años, quien viajó desde Guatemala junto a su esposa, con cinco meses de embarazo, y su hija de 3 años. Estaban sentados en una banqueta en Ciudad Juárez el 8 de abril de 2021, apenas minutos después de que Estados Unidos los expulsara a México bajo Título 42, una controversial política instaurada por Donald Trump y que el presidente Joe Biden ha mantenido vigente para frenar la migración como consecuencia de la pandemia.
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