Sporting KC le regala 800 boletos a sus aficionados para la final de copa en Filadelfia

Los últimos años han sido exitosos para Sporting Kansas City, ganando la US Open Cup en 2012 y la Copa MLS en 2013. En 2014 se fueron con las manos vacías, pero este año están a un partido de llevarse otra Open Cup a sus vitrinas.

El Sporting Park y las alrededor de 20 mil almas que colmaron el estadio fueron fundamentales en ambas finales, alentando a cada minuto, metiéndole presión a los rivales y a los árbitros. Hicieron valer la condición de local del Sporting.

Conocido como el Infierno Azul, el estadio del Sporting fue el que impulsó los lances salvadores del exportero Jimmy Nielsen en las dos tandas de penaltis frente a Seattle en 2012 y Salt Lake en 2013. Fue ese Infierno el que hizo que le temblaran las piernas a Osvaldo Alonso, Eddie Johnson, Sebastián Velásquez, Álvaro Saborío, entre otros, al momento de cobrar desde el manchón penal. Fue esa infernal aurora azul que hizo que Hilario Grajeda dudara y no le mostrara la roja a Aurélien Collin en la final de liga en 2013.

El problema para la final del miércoles 30 (Univision Deportes, 7 pm ET), ante el Philadelphia Union es que la final será a miles de kilómetros del Infierno Azul. Será en el PPL Park, la casa del Union.

Pero el club de Kansas City está consciente de la importancia de su fanaticada, y por lo tanto decidieron comprar un bloque de alrededor de 1000 boletos. De esos, le han regalado 800 entradas a los cientos de sus fieles que harán el viaje a Filadelfia. Los otros 200 fueron distribuidos entre los familiares y amigos de los jugadores.

“Creo que es un gran gesto de apoyo”, le comentó Sean Dane, miembro de la mesa directiva de la barra del Sporting, The Cauldron (El Caldero). “Tenemos, creo, 800 personas que van a invertir varios cientos de dólares de su bolsillo para volar a Filadelfia. Es un muy lindo sentimiento del equipo entender eso”.

La harmoniosa relación entre aficionados y directiva, también se extiende a los jugadores.

“Esa relación es especial, y significa mucho para nosotros como jugadores porque sentimos que no sucede de esa manera en cada club”, dijo Matt Besler, capitán del SKC. “Cuando estamos de visita y vemos tantos aficionados que hicieron el viaje, tiene un efecto en como jugamos y nos da un extra. Podemos sentir el apoyo de nuestros fanáticos sin importar donde juguemos”.