El zaguero Gonzalo Jara quiere dejar algo claro: Chile tiene una camada excepcional de jugadores, por cualquier criterio la más exitosa en la historia del país.Pero no le llamen Generación Dorada.Más allá de contar con estrellas como Alexis Sánchez y Arturo Vidal, que le ayudaron a conquistar sus dos primeros títulos internacionales, la mayor virtud de la selección chilena en la última década ha sido la sucesión de técnicos, que han mantenido una misma línea de juego y “nos enseñaron a ver el fútbol de otra forma”, afirmó el viernes el defensor de 31 años de la “Roja” y del club Universidad de Chile.“No me gusta la palabra ‘Generación Dorada’, la encuentro excesiva”, señaló Jara a dos días del debut de Chile en la Copa Confederaciones ante Camerún. “También hemos tenido grandes entrenadores, y creo que eso marca la diferencia. Entrenadores que nos enseñaron a jugar, a ver el futbol de otra forma. Principalmente es por eso”.El rostro del fútbol chileno cambió en 2007 con la llegada de Marcelo Bielsa. El argentino _ famoso por su fervor por el estudio táctico y sus obsesivos métodos de entrenamiento _ implementó su casi patentada escuela de juego de presión frenética y ataque constante, una filosofía que le valió tantos elogios por su belleza estética como críticas por el desgaste en los futbolistas.De la mano de Bielsa, Chile se clasificó al Mundial de 2010 en Sudáfrica, su primero desde 1998 y en ese momento el octavo en su historia. La selección desplegó un fútbol vistoso pero fue eliminada por penales por Brasil en los octavos de final. Después de dejar el cargo por diferencias con la dirección de la federación chilena en 2012, Bielsa fue reemplazado por su compatriota Jorge Sampaoli, uno de sus pupilos y quien había tenido un exitoso paso por Universidad de Chile.Más pragmático que su predecesor, Sampaoli consiguió el primer hito del fútbol chileno al ganar la Copa América de 2015 en su propio suelo, además de alcanzar de nuevo los octavos de final en el Mundial de 2014, donde volvieron a caer ante Brasil, otra vez por penales. Sampaoli se fue el año pasado, también enemistado con la federación, y llegó otro timonel argentino de la llamada “escuela bielsista”, Juan Antonio Pizzi, que levantó la Copa América Centenario en Estados Unidos y se sienta en el banquillo en esta Confederaciones.“Tuvimos entrenadores que nos enseñaron a entender el futbol de otra forma, no solo a jugar bonito”, destacó Jara, exjugador del Mainz alemán. “Tenemos dos, tres (futbolistas) superclases, y no hay otra palabra. El resto es colectivo”.En esa lista de “superclases” caerían Sánchez, delantero del Arsenal inglés; Vidal, estrella del Bayern Munich alemán; y el portero y capitán Claudio Bravo, que milita en el Manchester City tras una estancia en el Barcelona plagada de títulos.Jara señaló también que un torneo como la Copa Confederaciones, que Chile disputa por primera vez, supone menos presión que campeonatos como las dos Copa América que ganaron.“Se van viviendo de forma diferente”, indicó Jara, recordado por un incidente en la Copa América de Chile en el que metió un dedo en el trasero al delantero uruguayo Edinson Cavani. “Para mí personalmente, la Copa Confederaciones es para disfrutarla. Venir antes del Mundial, vivir lo que se vive, conocer los estadios, es todo un ambiente que se crea antes del Mundial que no queda más que disfrutarlo”.Jara fue sancionado de oficio hace dos años cuando, ante las protestas de Uruguay, la Conmebol revisó los videos del incidente con Cavani. En esta Confederaciones, cualquier situación similar podría ser solventada de inmediato, ya que se utilizará el sistema de videoarbitraje que la FIFA empieza a implementar en sus torneos.“Me parece bien, creo que es una ayuda, creo que se hace mucho más limpio lo que es el fútbol”, afirmó Jara. “No pierde la esencia, porque un gol, un cobro, una posición de adelanto, una pelota que pega adentro de la línea y es gol, cambia el partido”.