Las rabietas de Caixinha a pesar del triunfo de Cruz Azul

Pedro Caixinha llegó al partido ante Juárez con la firme intención y la necesidad de conseguir un triunfo ante Juárez.

Como siempre, la puntualidad: Fiel a su estilo, el entrenador europeo ya estaba preparado antes de comenzar el encuentro.

Así lucía la cancha del estadio Azteca, en condiciones inmejorables para presenciar el juego de la Máquina ante Bravos.

Apenas habían transcurrido 10 minutos y el portugués mostraba la intensidad que le caracteriza.

Nada salía para Cruz Azul y después de 35 minutos tlempo se esfumaba sin que pudiera disfrutar de un gol anotado por su equipo.

Caixinha entró en diálogo constante con el árbitro y reclamaba cada oportunidad que se le presentaba.

Cabizbajo, así se marchó al descanso Pedro, tras ver que sus dirigidos no podían romper el cero.

No alojaba ni un segundo, todo el tiempo buscaba dar una instrucción a alguno de sus jugadores.

Pero aparecieron Roberto Alvarado (64') y Pablo Aguilar (73') para darle tranquilidad a su entrenador.

A pesar de la ventaja celeste, el entrenador europeo seguía en el mismo tenor y continuaba dando instrucciones.

Se acabó el partido y Caixinha concentró en la mitad de la cancha, junto a sus pupilos, para recibir el reconocimiento de la afición. Y, aún así, el rostro de Pedro lucía tenso.