En el ánimo de algunos, los más ilusosos seguidores celestes, Cruz Azul ya era campeón la tarde del 26 de mayo del 2013. En la realidad, la inmensa mayoría prefería esperar hasta el silbatazo final.
Final del Clausura 2013: La madre de todas las 'cruzazuleadas'
La Máquina dejó ir el campeonato de Liga a manos del América. Tras 178 minutos ganaba 2-0. Finalmente perdió en penales.
La Máquina había hecho de perder finales una especialidad de la casa, casi una marca registrada y sobre el minuto 88 del juego de vuelta de la final del Clausura 2013, más que un campeonato contra América, el máximo rival, los celestes buscaban quitarse un estigma de 15 años de encima.
En el recuerdo colectivo, la imagen de Moisés Muñoz tirándose de cabeza en el área azul, la angustia de Alejandro Castro desviando el remate del arquero. El festejo exhultante de Miguel Herrera. Miguel Layún sobre el tiro penal y el #todoesculpadeLayun”. El increíble regreso de las Águilas. La madre de todas las "cruzazuleadas".
El duelo
El partido de ida terminó 1-0 a favor de La Maquina y con el ánimo de que nada estaba definido enfrentaron la vuelta en el Azteca el 26 de mayo.
A los 14 minutos, Jesús Molina, mediocampista del América, derribó a Pablo Barrera cuando se enfilaba con peligro a su área. El árbitro, Paul Enrique Delgadillo, le mostró la tarjeta roja al jugador de Coapa.
Seis minutos más tarde, Teófilo Gutiérrez con un potente disparo cruzado hizo el primer gol del partido y el 2-0 global a favor de los celestes.
Con 10 hombres y una importante ventaja a favor de los celestes, el llevó el camino esperado. América desbordado y Cruz Azul aguantando los embates.
Sin embargo, La Máquina estuvo más cerca de anotar en los contragolpes y Moisés Muñoz se agigantó con un par de atajadas que mantuvieron a las Águilas en la pelea.
En el ambiente, se sentía campeón Cruz Azul. Incluso muchos aficionados empezaron a abandonar el Azteca sobre los minutos finales.
La remontada de leyenda
Así hasta los 88 minutos. Christian 'Hobbit' Bermúdez hizo la jugada y Aquivaldo Mosquera anotó el primer tanto del América. Un sudor frío recorrió el ánimo de la afición de Cruz Azul y una descarga de esperanza el corazón de los americanistas.
Entonces la leyenda. A los 90+3, en un tiro de esquina, el arquero Moisés Muñoz corrió desde su arco al del rival entre la esperanza y la desesperación. En el camino pidió permiso al técnico Miguel Herrera y 'El Piojo' asintió.
Bermúdez cobró el corner y Muñoz se tiró de palomita, Alejandro Castro en su afán por detener el esférico desvió el balón a su arco. La locura en el Azteca. Aquel gol extendió el partido a tiempos extra, y luego a penales.
La historia de los penales fue una redundancia del partido. Javier Orozco y Alejandro Castro fallaron los dos primeros tiros de La Máquina, mientras por América anotaron todos; Raúl Jiménez, Christian Benítez, Osvaldo Martínez y Miguel Layún.
En la memoria, el festejo exhultante de Miguel Herrera y sus jugadores, un Estadio Azteca al borde del colapso emocional y cientos de imágenes de la victoria.
Pero también la discreta tristeza del Cruz Azul y las lágrimas de Castro. El semblante abatido de Guillermo Vázquez y todas las huestes azules.
Aquella tarde, el término "cruzazulear" -cuando se tiene todo a favor para ganar y se pierde, particularmente en los últimos minutos- terminó por afianzarse el diccionario futbolístico mexicano.