Fabián Castillo, el jugador de la generación de James que no ha sabido explotar

Castillo es un jugador que surgió de una de las canteras más prósperas de Colombia: Deportivo Cali.

Así como él, que pasó por muchos procesos juveniles, salieron del club vallecaucano Luis Fernando Muriel, Abel Aguilar, Jeison Murillo. En sus pasos por el equpo nacional compartió con James Rodríguez, Duván Zapata, Santiago Arias, Edwin Cardona, muchos llamados con regularidad por José Pekerman.

En el Deportivo Cali apenas jugó un año y convirtió un gol. De hecho, en los 12 meses participó únicamente en 17 partidos, fue su rol con la selección el que lo catapultó a la MLS.

Arropado por Óscar Pareja, entrenador colombiano del F.C. Dallas, Castillo se fue acomodando poco a poco a su nuevo club.

Llegó hasta cuartos de final en el Mundial Sub-20 del 2011 –que se jugó en Colombia– y allí era una de las mejores variantes en ataque.

Aunque no marcó, sí fue destacado por su velocidad y buen control del balón por las bandas. Enfrentó a Malí y a México, que a la postre avanzaría a la semifinal del torneo.

Los primeros tres años para Fabián en la MLS no fueron sencillos. La distancia con su familia, el idioma y otros aspectos personales lo tenían atado en cada partido.

Sin embargo, mucho más maduro, en el 2014 comenzó su repunte llegando a 15 goles en 35 partidos de la MLS.

Su rendimiento se mantuvo para el 2015, acompañado incluso de varias asistencias, por lo que ocupó un lugar en el MLS All-Star Team que enfrentó al Tottenham Hotspur.

Ese mismo año las noticias siguieron siendo felices para él, pues en el mes de octubre recibió su primer llamado a la selección mayor al mando del argentino José Pekerman.

Disputó 32 minutos en Barranquilla en el triunfo por 2-0 ante Perú –fue el inicio de la Eliminatoria a Rusia 2018– y en Montevideo entró al último minuto por Carlos Bacca en la derrota por 3-0 a manos de Uruguay.

A mitad del 2016 Castillo decidió que el momento de dar el salto a Europa le había llegado. El Mundial estaba en su mente y sentía que estando en el 'viejo continente' podría pelear un lugar.

Tras unas difíciles negociaciones, incluso con algún altercado en el Dallas, el colombiano firmó a préstamo con Trabzonspor que un año después compró sus derechos.

Sin embargo, solo anotó tres goles y fue constantemente afectado por las lesiones. La más grave fue de rodilla por la que tuvo que ir al cirugano, pero no volvió a ser igual. Ahora, en los Xolos, espera recuperar el ritmo de juego y poco a poco su mejor nivel que le permita, con 26 años, regresar a ser considerado para su país y responder a las expectativas que algunas vez tuvieron en él.