¿Es Rafa Márquez el “intocable” de los árbitros en la Liga MX?

La aguda crisis arbitral que sufre la Liga MX va más allá del uso de la tecnología o de la buena ubicación dentro del campo: los encargados de impartir justicia a menudo observan frente a sus narices faltas flagrantes y, sin embargo, se tragan el silbato.

Durante la última fecha del torneo anterior en el estadio Víctor Manuel Reyna, el árbitro central Adonai Escobedo vio de frente una entrada artera del capitán atlista Rafael Márquez que aprovechó que su víctima (el brasileño Vanderley Dias) se hallaba de espaldas para rasparle la pantorrilla con su botín. ¿Y el silbante? Bien gracias.

Haberlo dejado impune tuvo consecuencias: la entrada se dio cerca de la banca del conjunto chiapaneco propiciando una cámara húngara al medio tiempo entre Sergio Bueno, René Isidoro García y el propio “Káiser de Michoacán”.

Márquez empezó el Clausura 2017 como cerró el Apertura 2016: dejándole un “pequeño recuerdito” a Erbin Trejo frente a la mirada del mismísimo Adonai Escobedo. Aunque las tarjetas volvieron a quedarse bien guardadas en el bolsillo del referí, afortunadamente el Dios del Fútbol hizo justicia y el Toluca se despachó con la cuchara grande a costa del Atlas.

Una de las cosas que agudiza la crisis arbitral en la Liga MX es la existencia de “intocables” (sean equipos o jugadores). Las leyes del juego deben aplicarse igual para todos, o de lo contrario el caos y la anarquía se propagarán como se propagaron en la final de vuelta Tigres-América.

Hablando de Márquez, la facilidad con la que él pierde la cabeza y agrede a sus compañeros de profesión no debe seguir quedándose impune. Uno es el Márquez que habla en conferencias de prensa sobre los derechos de los jugadores y otro muy distinto es el Márquez que ya en la cancha se la pasa buscando quien le pague los platos rotos.

Al parecer, hay “intocables” en la Liga MX.