Y es que el equipo culé se encuentra en su bajón típico de los últimos años. En los meses de enero y febrero, luego de las vacaciones por fin de año, el juego del Barca decae notoriamente.
Este bajón no se nota cuando juega en la liga española, donde apabulla a sus rivales, dada la gran diferencia de categoría que hay entre las plantillas de los equipos ibéricos y el conjunto de Roura.
Pero cuando sale a jugar por Europa, y ante rivales mejor armados, la diferencia se achica y el bajón post fin de año se hace sentir.
A pesar del gran dominio de posición de balón que tuvo el Barcelona solo tuvo una situación de gol, en los pies de Xavi, en todo el partido. Messi no gravitó y lejos estuvo de ser el hombre récord de los cuatro balones de oro.
Milan por su parte jugó a lo que suelen jugar los equipos italianos. Una buena defensa y rápida salida de contragolpe. No es el fútbol vistoso que pregona el Barcelona, pero sí le da resultado al equipo de Allegri.
Barcelona vuelve a chocar con un equipo que se defiende muy bien, al igual que lo hizo la Liga de Campeones pasada cuando se enfrentó al Chelsea.
En aquella oportunidad escuché a mucha gente decir que el Chelsea jugando de esa manera ultradefensiva solo podía ganarle un partido de diez al Barcelona. No fue así. Ganó el primero y empató el segundo.
Milan intentará repetir lo que hizo hoy día. O incluso hará más evidente su desinterés en la posesión del balón y apostará todo al contragolpe.
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Dicen que solo los necios no cambian cuando las cosas salen mal. ¿Qué hará el Barca en el partido de vuelta?
