Fútbol

    La Cruda Realidad | La MLS un día podrá más que la Liga MX

    El poder adquisitivo en Estados Unidos supera a México; en un futuro gracias a esa economía, el deporte mejorará a la Liga MX.

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    Por:
    Mauricio Cabrera.
    Publicado el 4 abr 18 - 11:24 AM CDT. Actualizado el 4 abr 18 - 11:26 AM CDT.

    Action photo during the match L.A. Galaxy against LAFC during a MLS Regular Season match on Saturday, 31, 2018 at the StubHub Center in Carson, Calif. Foto de accion durante el encuentro LA Galaxy vs LAFC correspondiente a la Temporada 2018 de la MLS En el Estadio StubHub Center. En la Foto: Zlatan Ibrahimovic 31/03/18/MEXSPORT/Victor Posadas

    Imagen Mexsport
    Action photo during the match L.A. Galaxy against LAFC during a MLS Regular Season match on Saturday, 31, 2018 at the StubHub Center in Carson, Calif. Foto de accion durante el encuentro LA Galaxy vs LAFC correspondiente a la Temporada 2018 de la MLS En el Estadio StubHub Center. En la Foto: Zlatan Ibrahimovic 31/03/18/MEXSPORT/Victor Posadas

    Llevábamos tiempo cargando con la sospecha. Pensando que un día cualquiera pasaría. Si no es la ley de la vida, sí es al menos la del poder adquisitivo. El dólar hace mucho que puede más que el peso.

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    A veces no hace falta un resultado para saberlo. Los triunfos y las derrotas son confirmaciones, pero también anécdotas. Mientras el futbol mexicano se defiende en la cancha, la MLS gana desde las oficinas. Con golpes maestros como Zlatan, con golpes emocionales como Vela, con golpes generacionales como la eMLS, con golpes al futuro como el que ha anunciado la Federación estadounidense para tener el sistema de monitoreo de datos más grande del mundo . Como sea y desde donde sea, aunque sin el balón en los pies, porque a él nos remitimos para seguir pensándonos superiores.

    Es como sentir el aliento del rival en la nuca. La MLS está ahí. Y tan está que por primera vez vi a mis amigos pensando en el debut de Zlatan, en los golazos de Vela y con plena conciencia del Clásico angelino. La amenaza es ya una realidad. Los mexicanos encendimos la TV para ver la liga estadounidense. Y un día, mucho más cercano de lo que parece, media Selección Mexicana jugará ahí. Esa liga, la que no es nuestra, la que es nuestra burla en la Concachampions, muy pronto tendrá a los mejores de los nuestros (salvo los que alcancen protagonismo en Europa) y a las celebridades que ya no caben en el primer mundo, pero que aún atraen rating y venta de boletos.

    Si la posición geográfica ha convertido a la Selección en un negocio único en el mundo, también será la que nos quite protagonismo. La bendición nacional será la maldición de la liga. Porque allá cada vez habrá más nombres y porque desde acá cada vez habrá más aficionados siguiendo la liga estadounidense. Así es la globalización. Ganan los que más tienen, los que más pueden. Y la MLS tiene y puede más que la Liga MX.

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    El futbol es noble. A los ricos los amparan las estrellas. A los pobres, la identidad. Los aficionados globales se enamoran por la vista. Así cayeron generaciones enteras de aficionados al Real Madrid y Barcelona fuera de España. Algunos otros son tan fáciles que viven un One Night Stand con el PSG y el Manchester City. Mientras tanto, a los del barrio, no les quedan más que sus valores. Jugar con puros mexicanos, ser el odiado de un país, el representante de una universidad, el grande de una región. Y ante todo, el vinculo directo con el aficionado. Pero la Liga MX ni eso quiere atender.

    No me permito engañarme. Ni la mejor estrategia de marketing podrá contra el crecimiento natural de la MLS. A lo que sí aspiro es a que ese aliento en la nuca haga reaccionar a una industria acostumbrada a jugar con la lealtad de los aficionados. Si la Liga MX quiere mantener algo de lo perdido, tendrá que hacer conciencia del rol preponderante del fanático como fin y del entretenimiento como medio. Eso implicaría acabar con técnicos que escudan su mediocridad en batallas tácticas que nadie disfruta, provocaría exigir a los jugadores que adopten su postura más humana al encontrarse con un grupo de fans y también demandaría que los directivos hagan algo más que decepcionar a los millones de seguidores que siguen a sus equipos, ya no por calidad, sino por amor. Por esa identidad que da el equipo de barrio, por ese sentimentalismo que despierta estar a unos minutos del estadio. Por esos valores que sobreviven a la globalización. O la Liga MX hace o se queda sin nada.

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