El hierro que mata el fútbol: jugadores asesinados a sangre fría

Lutz Eigendorf fue un jugador de Alemania Oriental que escapó de su país para jugar en la Bundesliga. Murió en 1983 en un extraño incidente automovilístico el cual fue juzgado como un asesinato, orquestado por la 'Stasi', la policía secreta del este de Alemania.

La historia de Andrés Escobar es harto conocida: el zaguero colombiano anotó un gol en propia puerta en Estados Unidos 1994 y el dos de julio falleció acribillado en el estacionamiento de una discoteca en Medellín.

Víctima de un ataque con arma de fuego, el prometedor mediocampista mexicano David 'El Magic' Mendoza murió en las cercanías del Estadio 3 de Marzo de Guadalajara el 31 de octubre de 2008.

Alfredo Pacheco es el jugador que más veces ha vestido la camiseta de la selección de El Salvador. Pero en 2013 fue castigado de por vida por arreglo de partidos. Fue asesinado a tiros el 28 de diciembre de 2015 en una estación de servicio en Santa Ana, El Salvador.

El guardameta sudafricano Senzo Meyiwa fue asesinado en octubre de 2014 cuando unos ladrones saqueaban el domicilio de su pareja sentimental. La policía sudafricana no halló evidencia suficiente para condenar a los sospechosos y estos fueron liberados desencadenando una ola de protestas en Sudáfrica.

Los terroristas del Estado Islámico en Siria decapitaron a cuatro jugadores del club Al-Shabab en julio del año pasado. Los cuerpos descabezados de Osama Abu Kuwait, Ihsan Al Shuwaikh, Nehad Al Hussen y Ahmed Ahawakh fueron fotografiados junto a mensajes advirtiendo que eran espías kurdos.

William Morais tenía 19 años cuando le dispararon por la espalda acabando con su vida en febrero del 2011. Morais era propiedad del Corinthians de Sao Paulo y estaba prestado en el América de Minas Gerais. Fue muerto en la ciudad de Belo Horizonte en circunstancias aún escasamente esclarecidas.

El goleador colombiano Albeiro 'Palomo' Usuriaga pasó a la historia al anotar el gol que le dio su primera Copa Libertadores al Atlético Nacional de Medellín en 1989. En 1997 fue suspendido por consumo de cocaína y en marzo del 2004 fue asesinado en Cali, Colombia, por un motociclista que lo sorprendió mientras jugaba cartas con sus amigos.

El mediocampista catracho Arnold Peralta la rompió con su país eliminando a España en los Olímpicos de Londres 2012 y después fichó por el Rangers de Escocia. Falleció en diciembre de 2015, víctima de un homicidio con arma de fuego en La Ceiba, Honduras.

El exfutbolista australiano Phil Walsh falleció en el 2015, apuñalado por su propio hijo en su domicilio. La policía australiana no condenó al hijo por encontrar que padecía de sus facultades mentales.

Luis Caballero, padre del delantero guaraní Luis Nery Caballero, murió en el 2005 cuando unos ladrones irrumpieron en su comercio vinculado a apuestas deportivas y juegos de lotería en Asunción, Paraguay.

Atacado por unos encapuchados, el goleador colombiano Édison Chará perdió la vida el 19 de octubre de 2011. Tenía 31 años y había jugado en el Once Caldas de Manizales a la campaña siguiente de que este club salió campeón de la Copa Libertadores 2004.

Hermano del legendario goleador mexicano Luis Flores, Ignacio Flores defendió los colores del Cruz Azul y además jugó para México en el Mundial de 1978. Fue asesinado en el 2011 cuando viajaba en su automóvil en Cuernavaca, México.

El mediocampista defensivo panameño Amílcar Henríquez falleció el 15 de abril de 2017 en Colón (norte de Panamá) emboscado por individuos armados con pistolas. Henríquez era fijo en la media cancha de Hernán Darío 'Bolillo' Gómez rumbo a Rusia 2018.

El delantero colombiano Alejandro Peñaranda, quien surgiera de las menores de Atlético Nacional, pasara por América de Cali y jugara actualmente en el Cortuluá, fue asesinado en la ciudad de Cali luego de que un sujeto entrara a la casa de Cristian Borja (Toluca) preguntando por una mujer y disparando indiscriminadamante.