Diego Costa, delantero del Atlético de Madrid, se enfrenta este sábado al Real Madrid y a su peor racha goleadora en la Liga, quince partidos seguidos sin batir la portería contraria, los mismos que encadenó en la campaña 2010-11, con toda la frustración que genera para un goleador de tal dimensión.Desde el pasado 25 de febrero, cuando marcó uno de los cinco tantos con los que el conjunto rojiblanco se impuso de forma incontestable al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán, no ha anotado ninguna diana en el campeonato, en un recorrido ya de quince duelos, nueve el pasado curso y seis el actual sin la mejor virtud del '19'.Porque Diego Costa es un goleador. No hay duda de su capacidad ni de todas sus cualidades ni siquiera de su indiscutible titularidad en el Atlético, con el que ha marcado 74 tantos en competición oficial en sus tres años y medio como rojiblanco, 66 a las órdenes de Diego Simeone, el técnico que lo hizo más grande."Si Diego Costa está bien, el Atleti tiene muchas opciones de ganar", destacó el pasado 10 de septiembre el entrenador argentino en una entrevista en la 'Cadena Cope'; un ejemplo de la indudable transcendencia que tiene el atacante para su equipo y para él, quien insistió, insistió e insistió en su vuelta hasta que lo consiguió.Su sequía actual en la Liga es impactante, ya por los quince partidos. No le ha marcado ni al Leganés ni al Barcelona ni al Celta ni al Villarreal ni al Deportivo ni al Real Madrid ni al Alavés ni al Getafe ni al Eibar, el pasado ejercicio -en seis de esos nueve choques partió desde el once-, ni al Valencia ni al Rayo ni al Celta ni al Eibar ni al Getafe ni al Huesca en el presente curso, en el que ha sido titular en cada una de las seis jornadas disputadas.No sufría tal racha sin marcar en el campeonato desde la campaña 2010-11, con diferencias sustanciales. Entonces, por ejemplo, no era el Diego Costa de ahora, no tenía el rol de indiscutible titular del presente y competía desde la suplencia por minutos en el ataque con Sergio 'Kun' Agüero y Diego Forlán a su regreso del Valladolid.Y nunca más atravesó una serie similar sin batir la portería rival. Ni cuando daba sus primeros pasos por el fútbol profesional en el Braga (ocho sin marcar) ni cuando, ya fichado por el Atlético, fue cedido consecutivamente al Celta (10) y al Albacete (8) o fue traspasado, y luego recomprado un año después, al Valladolid (10).Tampoco en el préstamo en enero de 2012 al Rayo Vallecano, cuando su peor racha se limitó a tres encuentros consecutivos. Ni a su regreso al Atlético, con su explosión definitiva en Europa en 2012-13 (seis partidos fue su dinámica más larga sin marcar en la Liga) y con su memorable campaña 2013-14, de la que el conjunto rojiblanco fue campeón con 27 tantos en 35 partidos, 34 de titular.Ni en sus tres años en la 'Premier' inglesa con el Chelsea, cuando el periodo más largo sin anotar fue de cinco encuentros en la temporada 2016-17, justo su última campaña en el club londinense, del que salió en el verano de 2017 rumbo al Atlético, con el que su puesta en escena fue convincente: tres goles en seis jornadas.No sólo su actual racha contrasta con ese momento, sino también, sobre todo, con su rendimiento goleador en las otras competiciones, crucial para su equipo en la conquista de la Liga Europa el pasado mayo, con el gol de clasificación para la final en el duelo de vuelta de las semifinales ante el Arsenal en el Wanda Metropolitano, o en el triunfo de este curso en Mónaco en la Liga de Campeones.Aún más determinante lo fue en la Supercopa de Europa del pasado 15 de agosto en Tallin, cuando aportó dos goles, el 0-1 a los 50 segundos y el 2-2 en el tramo final para forzar la prórroga, y fue elegido el mejor jugador del partido frente al Real Madrid, el rival que le espera este sábado en el Santiago Bernabéu.