Pelo

    Los cortes de pelo más originales de la Copa América Centenario

    No podríamos considerarlos cortes a replicar, porque pueden llegar a ser realmente terribles… pero de que son originales, lo son.

    whatsappLogoOutline
    facebookLogoOutline
    twitterLogoOutline
    envelopeOutline

    Por:
    Rodrigo Fábregas.

    En la Copa América Centenario hemos descubierto estas propuestas de cortes de pelo.

    Imagen Getty Images
    En la Copa América Centenario hemos descubierto estas propuestas de cortes de pelo.

    El fútbol trata de dos equipos, un balón y dos porterías, sí, pero también de muchas otras cosas: de pasión nacional, de crecimiento humano, de hermandad, de entrega, de honor deportivo, de estrategia y equipo, de victorias incomparables, derrotas aplastantes, de muchas otras cosas sublimes que nos enchinan la piel y que se resumen en: la condición humana. La Copa América Centenario, sin duda, nos ha recordado todo eso en cada partido. Pero más que otra cosa, el fútbol, y por tanto nuestra copa continental, se trata de algo importantísimo: éxoticos cortes de pelo.

    Publicidad

    Nicolás Otamendi. Al igual que muchos (acaso demasiados) jugadores de la Copa América Centenario, el argentino Nico Otamendi va casi rapado de los lados, dejando que la cresta crezca. Con una sola aberración: en uno de los flancos, su cresta empieza no en la sien, sino como a la mitad de la mitad de su cabeza. El efecto es un desastre, porque uno no sabe si la chueca es la barba (que, esa sí, lleva muy bien), el corte, el partido, el árbitro, la afición o todo el maldito mundo.

    Arturo Vidal. El fútbol es sin duda más bonito cuando nos regala íconos, y es indudable que Arturo Vidal pasará a la historia como uno de ellos. Vidal es el mejor argumento para prohibirle el uso de la cuchilla eléctrica a ciertos personajes (de más está decir que cualquier corte de pelo que implique dibujitos y/o una cresta semi punk debería estar vetado).

    Sebastián Pérez. Hay tres cosas que no se pueden ocultar: el amor, el dinero y la calvicie. Alguien debería decirle a este colombiano que su copete largo en juego con bandanas ya no hace el truco: se empiezan a ver espacios vacíos, que mezclados con sudor son una franca vergüenza. Sebastián, querido, hay un momento de la vida en el que hay que madurar, llevar la cabeza a rape y portar con orgullo el copete de hueso. Hazlo ya.


    Sony Norde. ¿Alguien recuerda esos accesorios de la plastilina Play Doh? Eran una suerte de dedales con hoyos; uno apretaba la plastilina allí dentro y ésta salía como un viscoso espagueti de colores. Parece que esos juguetes fueron la inspiración para este mediocampista haitiano, que además eligió un color de plastilina bastante llamativo. ¿Cómo se dice en francés “por favor, Sony, consíguete otro estilista”?

    Víctor Ayala. Pasan dos cosas. Por un lado, sí, cambiar de opinión es de sabios, pero cierta consistencia no le viene mal a nadie. Este paraguayo ha cambiado tanto su estilo capilar, que (y esta es la segunda cosa) es difícil decidir cuál de todos sus estilos ha sido peor. ¿Acaso la copia fotostática de Arturo Vidal, ese prócer del estilo? ¿Acaso el cuadradísimo fleco que emula una ola en las bellas (pero inexistentes) costas paraguayas? ¿Acaso otro de sus 20 estilos anteriores? Quién sabe. ¿Quién quiere saber?

    Ayala presume su melena.

    Imagen Getty Images
    Ayala presume su melena.

    Pedro Gallese. Lo cierto es que hay cortes de pelo que tienen vida propia; el del guardameta peruano, por ejemplo, es muy claramente un molusco, al que hemos visto desarrollarse fuerte y sano durante años. Pasó de ser una suerte de pepino de mar a sacar los temibles tentáculos de un kraken. Lo cual es decir que esas pseudo rastas no dan más que miedo. Miedo del feo.

    Diego Laxalt. El corte de pelo de Diego Laxalt no es un corte de pelo, sino una postal. Una postal que alguien con pésimo gusto mandó desde la playa: sólo así se justifican las trencitas constantes (como de niña rubia en el Caribe) que, en su natal Montevideo, no hacen ningún sentido. ¿O es que además de jugador Laxalt es rapero? Ojalá. Por el bien del relativo buen gusto, ojalá.

    Kyle Beckerman. Ok, es comprensible: si tienes 34 años y la cantidad de cabellos en tu cabeza sigue intacta desde hace dos décadas, puedes anotarlo como un logro de vida. Ok. Pero eso no quiere decir que debas hacer de ese logro un eterno mechón de larguísimas rastas. En primer lugar, eres deportista, Kyle: sudar es tu modus vivendi. Nadie quiere imaginar el olor de tu look, claro. Pero, además, ya te ves un poco infantil. Eres un seleccionado estadounidense; compórtate como tal.

    Oswaldo Vizcarrondo. El look de esta estrella del fútbol venezolano, nos recuerda al corte de pelo de Ricardo Arjona.


    También te interesa:
    ¿Qué llevan los jugadores de fútbol en la piel?
    En la Copa Centenario, apoya con todo y tus uñas a tu equipo

    En alianza con
    civicScienceLogo
    US