Australia

    Australia, la selección que no le tuvo miedo al cambio ni a lo diferente

    Les dijeron que si cambiaban de confederación seguro no irían a los mundiales y desde entonces los multiculturales “Socceroos” no fallan a uno solo.

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    Por:
    TUDN

    La historia de Australia es una de progreso e integración.

    Imagen Getty Images.
    La historia de Australia es una de progreso e integración.

    Como en todo país que solía formar parte del Imperio Británico, en Australia el fútbol se practica desde hace más de 150 años. Sin embargo, durante un siglo fue una selección débil y mediocre que llegó incluso a ser goleada por un marcador de 17-0 ante Inglaterra en 1951. Las razones de este pasado tan obscuro son varias:

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    a) La separación de Australia del Reino Unido en el siglo pasado nunca quedó del todo clara, y por eso varios de los mejores futbolistas con posibilidad de jugar para la nación más grande de Oceanía preferían hacerlo para Inglaterra.

    b) Su separación geográfica del resto del mundo. Por mucho tiempo fue demasiado costoso viajar por aire para jugar contra rivales europeos o sudamericanos. Debían conformarse con jugar contra Nueva Zelanda, Tahití o Samoa.

    c) La mayor popularidad del Rugby (Los “Wallabies” australianos y los “All Blacks” neozelandeses son colosos mundiales).

    d) El injusto proceso eliminatorio para la Confederación de Oceanía, que por décadas jugó repechajes dobles contra la Concacaf y después contra la Conmebol (la Argentina que cayó apaleada 5-0 con Colombia en “El Monumental” rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994 calificó de todos modos porque venció a Australia, que a su vez había vencido a Canadá).

    Como miembro de la confederación oceánica, Australia solamente calificó a los mundiales de Alemania en 1974 y en 2006 (para este último venció a Uruguay en el “Clásico” de los repechajes). Pero en 2005 los “Socceroos” dijeron “¡basta!” y se mudaron a Asia. Hoy, son la única selección en ser campeona de dos confederaciones distintas y estarán presentes en Rusia 2017 como monarca asiático.

    Si no le tuvieron miedo al cambio, tampoco le tuvieron miedo a lo diferente.

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    Y es que por décadas el fútbol fue el único modo de reunir a australianos “blancos” con australianos “nativos”. Aunque la Sudáfrica antes de Mandela fue el caso más radical de segregación racial, en Australia también se discriminaba a los miembros de los grupos étnicos que ya estaban asentados antes de la llegada de los ingleses.

    El balón era lo único capaz de tender puentes entre todos los australianos.

    Un buen ejemplo es el mejor jugador de la historia del balompié australiano: Tim Cahill. Por sus venas corre sangre irlandesa, inglesa y samoana (padre “blanco” y madre “nativa”). Él incluso llegó a jugar para las selecciones menores de Samoa y, cuando el técnico de Irlanda intentó “ficharlo” para dicha selección, el intento fue frustrado por haber jugado antes para Samoa.

    En 2003 la FIFA cambió sus reglas y Cahill, nacido en Sidney, optó por representar a su país natal. Con tatuajes de dibujos polinesios en los brazos, Cahill siempre va a los banderines de los tiros de esquina a lanzar ganchos como si fuera un canguro boxeador.

    Conocida por sus hermosos paisajes, sus cálidas costas, sus grandes olas, su dorado sol y su popular surf, Australia ahora debe ser reconocida como la selección que no le tuvo miedo al cambio ni a lo diferente.

    @CesarKickoff

    El español Rafael Nadal derrotó al canadiense Milos Raonic, el cabeza de serie más alto que quedaba en liza (3), por 6-4, 7-6 (7) y 6-4 para regresar hecho una furia a las semifinales del Australian Open y lograr su victoria 50 en este torneo.
    Campeón en 2009 y finalista en 2012 y 2014, el zurdo español no pisaba las semifinales de un Grand Slam desde Roland Garros en 2014, cuando ganó luego el último de sus nueve títulos en París. Este miércoles cortó esa racha con un soberbio despliegue de agresividad, vengándose de la derrota que Raonic le había infligido hace unas semanas en los cuartos de final de Brisbane.
    Nadal dibujó en la Rod Laver Arena una de sus victorias más importantes, quizás la que más necesitaba. Muy rápido, con un gran servicio, sin cederlo nunca, a pesar de que Raonic dispuso de cuatro opciones de break. Jugó con un golpe seco mortal, siempre encima de la bola y dominando los pocos intercambios que el canadiense le permitía.
    Su duelo contra Dimitrov será la 24 semifinal de Grand Slam de Nadal, acechando las 26 de Andre Agassi y la quinta en Melbourne. Después de Roland Garros, donde tiene 72 victorias y solo dos derrotas, el Abierto de Australia es el 'major' donde se ha mostrado más efectivo, con 50-10.
    El búlgaro Grigor Dimitrov explotó su recursos, y tras pasar dos años "en una constante montaña rusa", como él mismo explicó, logró por primera vez las semifinales del Australian Open al derrotar al belga David Goffin, por 6-3, 6-2 y 6-4, en dos horas y 13 minutos.
    Dimitrov es uno de los jugadores con más talento del circuito y mantiene su agenda del 2017 intachable. Sigue sin perder un partido de los diez que ha disputado, tras ganar recientemente el quinto título de su carrera en Brisbane y ha alcanzado ahora la segunda semifinal de un Grand Slam en su carrera, después de la de Wimbledon hace casi tres años.
    Aunque cedió dos veces su saque, Grigor fue el más agresivo, con 32 golpes ganadores, y rompió seis veces el servicio de Goffin.
    "Me he marcado unas metas altas para mí este año, y quiero cada vez ser mejor y mejor", avanzó Dimitrov, uno de los tres jugadores, con revés a una mano (Roger Federer y Stan Wawrinka, también), que lucharán este año en las semifinales de Melbourne.
    La estadounidense Serena Williams se impuso a la británica Johanna Konta, por 6-2 y 6-3 en 75 minutos para lograr las semifinales de Australia, la número 34 de su carrera en el Grand Slam y la décima consecutiva en estos grandes.
    "Ella estaba jugando muy bien, ganando el título en Sidney y luego sacando limpiamente sus partidos aquí. Es una futura campeona de este torneo", señaló Serena, quien admitió que en el duelo contra la británica lo pasó mal con su servicio. "Estaba algo frustrada con mi saque, pero me dije, Serena olvídate y concéntrate más, no seas 'Babyrena' aquí fuera".
    Konta, de origen húngaro, nacionalizada británica hace doce años, había hecho un gran comienzo de la temporada, alcanzando las semifinales de Shenzhen (China) y luego el título en Sidney derrotando en al final a la polaca Agnieszka Radwanska.
    En carrera hacia su 23 Grand Slam, el séptimo aquí, lo que conllevaría recuperar el número uno del mundo, Serena logró diez saques directos y 25 golpes ganadores. La estadounidense cumplirá 35 años en marzo.
    La croata Mirjana Lucic-Baroni parece dispuesta a morir antes de abandonar Australia, donde este miércoles dio de nuevo una exhibición de perseverancia para batir a la checa Karolina Pliskova, quinta favorita, por 6-4, 3-6 y 6-4 y avanzar a las semifinales de un Grand Slam después de 18 años.
    Desde Wimbledon en 1999 Mirjana no se situaba entre las cuatro mejores, las cuatro últimas en un Grand Slam. Aquella vez fue derrotada por la alemana Steffi Graf. Ahora, tras una hora y 48 minutos de lucha, se enfrentará contra Serena, de quien dice que se inspira, y que en marzo cumplirá 35 años, los mismos que su próxima rival.
    Tras ganar el último punto ante Pliskova, finalista el pasado año en el Abierto de EE.UU. donde derrotó en la penúltima ronda a Serena, Lucic se santiguó, y tras abrazarse con su rival, comenzó a dar saltos de júbilo para arrodillarse en la pista y romper a llorar después.
    Lucic, de 34 años, es una de las tres jugadoras que han pasado de la treintena y que han traspasado la primera semana y se han situado en semifinales, junto con las dos hermanas Williams, Serena (35) y Venus (36).
    El colombiano Juan Sebastián Cabal y la estadounidense Abigall Spears se colocaron en las semifinales del torneo mixto del Abierto de Australia, al derrotar a surafricano Raven Klasen y la holandesa Michaella Krajicek, por 6-4 y 6-3.

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    Imagen Getty Images
    El español Rafael Nadal derrotó al canadiense Milos Raonic, el cabeza de serie más alto que quedaba en liza (3), por 6-4, 7-6 (7) y 6-4 para regresar hecho una furia a las semifinales del Australian Open y lograr su victoria 50 en este torneo.
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