El brío azteca se impuso al samurái: Munguía supera a Inoue por DU

En su 31 peleas como profesional y sus dos defensas mundiales previas a su choque en Houston, Jaime Munguía no se había enfrentado a un rival del aguante y el estilo áspero, a ratos sucios, de Takeshi Inoue.

En los primeros rounds de la pelea, el japonés le sacó a golpes la poca inocencia que le quedaba a Munguía; inocencia que suele acompañar a todo joven campeón mundial, pero que pocos logran superar.

A base de golpes legales --y también ilegales-- Inoue acorraló a Munguía contra las cuerdas, entrando primero con la cabeza y con un desorden característico de los peleadores y no de los boxeadores, de aquellos que dominan el arte de la 'ciencia dulce'.

El campeón supo descifrar el vendaval nipón conforme avanzó la pelea. Fue más inteligente al trabajar el cuerpo para bajarle el ritmo a las piernas de Inoue y conectó los mejores golpes de poder.

El jab del japonés, inexistente durante la contienda, permitió que Munguía lanzara el uno-dos para mantenerlo a raya y metiera el gancho de izquierda al hígado del nipón.

Para el décimo asalto, los golpes al cuerpo cobraron efecto. A 10 segundos del final, Inoue casi visita la lona tras una serie de golpes al cuerpo y al rostro. La campana salvaba al japonés de cara a los rounds de campeonato.

Tras un gran intercambio en los últimos episodios de la velada, Jaime Munguía retuvo su cetro superwélter de la OMB con una decisión unánime (120-108, 120-108 y 119-109) bastante alejada de la realidad e injusta para un Takeshi Inoue que dejó el alma en el ring.

Tras la victoria hubo autrocrítica del campéon, quien mencionó que tuvo algunos problemas para manejar la distancia, y elogió a su rival.

"Me dejó sorprendido su fuerza, pero gracias a Dios supimos recibirlos con buenos golpes", comentó el campeón de 22 años.