Desde hace varias semanas ya era crítica y poco sostenible la relación entre Guillermo Vázquez Herrera y la directiva de Tiburones Rojos de Veracruz, sobre todo porque el ahora extécnico de los escualos, siempre trató de mediar entre los jugadores y la dirigencia ante la falta de pagos, al final, terminó traicionado por quienes lo usaron.Cuando los veracruzanos se presentaron en la fecha 2 del Tornero Apertura 2018 en el Estadio de Lobos BUAP con un costal de promesas incumplidas por parte de los propietarios, el plantel exigía el depositó de sueldos caídos, además de los premios económicos pactados si el equipo evitaba el descenso el semestre pasado.Hasta donde entendemos, siempre estuvo en medio de toda esta situación Vázquez Herrera, aún sabiendo que en cualquier momento el plantel podría dar vuelta a las cosas y echar por la borda todo esfuerzo dentro de la cancha. Pese a todos esos riesgos, el estratega se mantuvo solidario con sus patrones.De tanto estirar y estirar, las cosas terminaron por romper esa relación porque las promesas simplemente no se cumplían y el plantel dejó de creer en su líder, quién terminó siendo el utilizado, y a quien le cerraron la puerta al negarle su pago la noche previa al partido frente al América en la Copa MX.Esa situación desencadenó todo lo que ya sabemos: que Memo Vázquez denunciara que dirigió a los escualos sin un contrato, y pusiera a la luz un secreto a voces desde hace décadas en el futbol mexicano, la existencia de prácticas de convenios dobles para poder arreglarse con los veracruzanos.Más de uno en la Liga MX y hasta en la Federación Mexicana de Futbol (FMF), se pudo sentir inquieto, porque el hablar de este tema siempre ha resultado incómodo, pero ahora, al conocerse este tipo de mecanismos en el club veracruzano, pondrá todas las alertas sobre el resto de los equipos.Lo más lamentable de esta nueva problemática es que su actor principal es Fidel Kuri Grajales, quién por muchos, pero muchos momentos, se muestra como un dirigente todo poderoso e intocable, capaz de retar a quien le pegue la gana, sin importarle que su comportamiento sea reprobable y nada digno.Kuri Grajales se ha convertido en el dirigente más problemático de los últimos tiempos, capaz de burlarse y hasta pisotear el Código de Ética de la Liga y FMF, poco lo importa machar este negocio o industria, él, con su actitud del “Todo poderoso”, le ha servido para ignorar las suspensiones que ha recibido.La existencia de los dobles contratos de manera automática también le cae perfecta a la Asociación de Futbolistas Mexicanos Profesionales (AMF Pro), para seguir en ese proceso de reformar los mecanismos utilizados por algunos clubes, y quizá por donde pueden empezar es en el puerto jarocho.