Deportes

    Las dificultades que enfrentan entrenadoras homosexuales en equipos universitarios

    La demanda de Courtney Graham, una exasistente técnica de Drake University en Iowa, ha vuelto a despertar el debate sobre la aceptación de la orientación sexual en equipos deportivos.

    whatsappLogoOutline
    facebookLogoOutline
    twitterLogoOutline
    envelopeOutline

    Por:
    Diego Pinzón.

    Stephanie White, la única entrenadora abiertamente gay en la Division I del baloncesto universitario

    Imagen Getty Images
    Stephanie White, la única entrenadora abiertamente gay en la Division I del baloncesto universitario

    Mientras Courtney Graham, una exasistente técnica del equipo femenino de baloncesto de Drake University, espera el resultado de su demanda al plantel educativo, el debate sobre la falta de tolerancia y homofobia en el deporte ha vuelto a resurgir.

    Publicidad

    Graham asegura que todo iba bien dentro del equipo y que su trabajo como ojeadora y de reclutamiento estaba trayéndole buenos resultados, e incluso bonificaciones. Pero todo cambió cuando Graham trajo consigo a su esposa para que presenciara uno de los partidos del equipo, en noviembre de 2014.

    Fue así como la entrenadora en jefe del equipo, Jennie Baranczyk, la excluyó del grupo de trabajo, le quitó algunas responsabilidades dentro del cuerpo técnico y le pidió su renuncia en mayo de 2015. Graham efectivamente renunció un mes después, alegando presión por parte de Baranczyk; todo esto, de acuerdo a la demanda que presentó Graham en diciembre de 2016 en contra de Branczyk y la universidad, ante una corte federal en Iowa por discriminación.

    La universidad asegura que tanto ellos como Baranczyk tienen un "fuerte compromiso para promover la diversidad, tolerancia y la no discriminación". Sin embargo, tal y como reporta el Chicago Tribune, el caso ha despertado inquietudes acerca de los retos que enfrentan entrenadoras y deportistas lesbianas en las universidades.

    "Si un hombre reconoce que es gay dentro de su equipo, no existe la suposición de que todos los miembros del equipo también lo sean. De alguna manera es percibido como un riesgo menor que para deportistas femeninas", asegura al Tribune Pat Griffin, una profesora de la universidad de Massachusetts Amherst, quien ha estudiado el tema de la homofobia en el deporte. "Como un entrenador hombre, no te tienes que preocupar si eso afectará o no tu habilidad de reclutar jugadores. Las expectativas son diferentes porque la homofobia funciona muy diferente en los equipos masculinos y en los femeninos".

    Publicidad

    Los estereotipos acerca de mujeres deportistas lesbianas son tan grandes que ya se han presentado casos como el de Graham anteriormente.

    En 2015, exentrenadoras de los equipos femeninos de hockey, de softball y de baloncesto demandaron a la universidad de Minnesota-Duluth por discriminación a su orientación sexual. Según el Tribune, el caso podría ir a juicio a mediados de este año.

    Uno de los ejemplos más controvertidos es el de la exentrenadora del equipo femenino de baloncesto de Penn State University, Rene Portland, quien renunció a su cargo en 2007 luego de 27 años. Portland tenía una política de "no lesbianas" dentro del equipo, y una exjugadora suya la demandó ganando el caso ante una corte.

    Griffin asegura que todo depende de los directivos de las universidades quienes deben dejar claras las políticas de su plantel educativo, y tomen como una prioridad la aceptación de la orientación sexual de sus entrenadoras y deportistas.

    Ese es el caso de la universidad de Vanderbilt, donde la entrenadora del equipo femenino de baloncesto, Stephanie White (en la foto, arriba), es actualmente la única entrenadora abiertamente gay en la Division I del baloncesto universitario. De acuerdo con White, Vanderbilt siempre la ha apoyado desde que la contrataron y han aceptado a su familia sin reparos.

    "Vanderbilt es una universidad que no se aparta de las cuestiones sociales", aseguró White al Tribune. "Ellos invitan a los estudiantes a tener su propia voz. Fomentan el diálogo en situaciones difíciles. Eso me gusta".

    Publicidad

    Aunque varias entrenadoras reconocen que se ha avanzado en el tema, también entienden que aún hay bastante trabajo por hacer para cambiar la mentalidad. Griffin lo explica en la división generacional que existe entre la mayoría de entrenadoras y sus atletas.

    "Yo trabajo con deportistas y me dicen: '¿compañeras homosexuales? Qué importa siempre y cuando nos ayuden a ganar'", indicó Griffin. "Pero cuando hablas con entrenadoras, algunas siguen preocupadas: '¿Qué pasa si tienes compañeras de equipo saliendo juntas?' o '¿Qué pasa si tengo a una lesbiana en mi equipo?' Todavía se están haciendo preguntas básicas".

    En alianza con
    civicScienceLogo