En la segunda corrida de la Feria de Cuaresma, celebrada el 20 de marzo de este año en la Plaza México, el matador zacatecano Antonio Romero sufrió una terrible cornada en el recto, que le propinó un toro del hierro de Piedras Negras, que aquella tarde volvió a lidiar en el coso de Insurgentes, después de 22 años de no hacerlo.Después de cinco meses de operaciones, terapia y recuperación, Antonio Romero se volvió a vestir de torero, en esta ocasión de corto, para ser parte de una tienta, la cual se llevó a cabo en la ganadería de la divisa de color rojo y negro. Romero volvió a torear en Piedras Negras, de donde salió el cárdeno que lo hirió.Antonio se reencontró en el campo bravo, donde toreó un par de vacas y un novillo; mostró que su valor y calidad taurina prevalecen. Ante los ojos del ganadero Marco Antonio González y los asistentes a la tienta, Romero dejó fluir su arte. Los meses fuera de los ruedos no se notaron y paladeó la bravura de los astados. Las dificultades que le presentaron las vacas las resolvió y terminó por disfrutar.Al enfrentar al novillo, la lluvia se hizo presente, afectando el ruedo que ya estaba dañado por las fuertes lluvias que han caído en el campo bravo tlaxcalteca, por lo cual tuvo que abreviar una labor que iba bien encaminada.Así, Antonio Romero seguirá entrenando y participando en tentaderos con mira a cumplir los siguientes compromisos que se sumen en su agenda.