Guadalajara

    ¿Ricardo La Volpe recorre el mismo trágico camino que Ignacio Ambriz?

    El director técnico del América llega al Clásico con serias dudas sobre su trabajo y sus resultados.

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    Por:
    Omar Carrillo.

    @OmarCarrilloHH

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    En América, ya se sabe, la paciencia es un asunto subjetivo. Lo que para unos es apenas un respiro, para otros pueder ser una eternidad.

    E Ignacio Ambriz , antes, tanto como Ricardo La Volpe, ahora, se han visto envueltos en esa interpretación de tiempo cuando no de forma.

    Han sido - y siguen siendo- juzgados bajo las leyes empíricas y únicas que se posan sin remedio en Coapa, y sus alrededores. Tan futbolísticas como viscerales e inexplicables para otros lares menos convulsos y propensos al escrutinio de propios, y extraños. Y al interior del club, se las creen todas.

    Hace tan solo unos meses, Ambriz tenía 11 unidades luego de la fecha seis del Apertura 2016. En ese lapso, únicamente perdió un partido de seis (Tigres) ganó tres (Chiapas, Toluca y Veracruz) y empató en dos ocasiones (Morelia y Puebla). O sea cuatro puntos más y dos derrotas menos que los números actuales de La Volpe.

    Pero existía permanentemente una sensación de que el juego en turno era el último para el mandamás mexicano -siempre echándole en cara sus criticos desde cualquier rincón imaginario o no un tipo de fútbol poco vistoso, sin chiste y carente de pegada en el campo y en la tribuna-. Iba Ambriz de resultado en resultado, de angustia en angustia.

    Y entonces llegó el Clásico ante Chivas. Las Águilas lo vivieron de la peor manera posible. Con una goleada de 3-0 en su contra con un juego nefasto y triste para su causa. Pero la guillotina quedó en su lugar y lejos del cuello de su entonces director técnico. O al menos eso parecía.

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    Una semana más tarde, América le ganó al Cruz Azul. Lo hizo de manera heroica y los cantos de los futboleros convulsos se silenciaron. Porque fue una victoria que quedó registrada en los anales luego de regresar de un 3-0 impensable. Eso le ganó apenas tiempo - un mínimo respiro o una eternidad, vaya usted a saber- a Ambriz al frente del equipo.

    Para pintar completo el escenario, en la jornada ocho perdió 2-0 ante el León en el Estadio Azteca. La delgada y pobre línea - y nunca fácil de establecer- de la paciencia en Coapa se cruzó sin remedio

    Ricardo Lo Volpe, como Ambriz, ha sido envuelto desde el inicio de su gestión por las voces -reales o imaginarias- de la retórica americanista.

    Han puesto en duda su hoja de vida y su capacidad técnica e histórica (incluso le han llamado acabado) para estar al frente del equipo.

    Si acaso hubo días felices, que fueron pocos, ya pasaron. Y las dudas sobre su trabajo -de nuevo reales o imaginarias- saltan por doquier desde los rincones más insospechados como si de película de terror barata (predecible y sin gracia) se tratara.

    Ricardo Pelárez salta cada dos pasos -como ocurría también con Ambriz- para defender su trabajo. En la víspera de un nuevo clásico, La Volpe pisa el mismo escenario que Ambriz hace tan solo cinco meses, aunque con menos puntos.

    Un triunfo o una derrota, le puede garantizar un respiro o una eternidad -otra vez según sea el punto de vista- al frente del equipo. Y de ahí de nuevo saltamos a la subjetividad de la paciencia americanista y sus leyes empíricas y únicas.


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