Jugar con las divisiones menores del Betis durante una semana fue un examen de talento y carácter para Reygadas, quien contó en exclusiva a TUDN la dura prueba que superó en los entrenamientos que deslumbró a los visores béticos.
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“El primer día entrené con el equipo de división de honor y fue una práctica muy física, mucho correr porque ellos descansaban el martes. Al siguiente día entrené con liga nacional, que descansó lunes, entonces también fue práctica muy física con futbol. Ya después de ese día estaba medio cargado, además que había gimnasio antes de entrenar. Practiqué con todo, quería sobresalir y enseñar todo lo que tenía.
"El tercer día entrené con división de honor y fue una práctica demandante. Ya el día de partido me costó mucho el tiempo que estuve de lateral porque siempre bajo y subo entonces esos últimos 30 minutos fueron difíciles, pero le eché todo lo que tenía”.
El cansancio le provocó una sobrecarga en el glúteo, pero los masajistas lo recuperaron y siguió con la práctica intensa. Reygadas superó cada obstáculo que lo llevó a jugar el partido completo frente a los visores del Betis.
“El cuarto día el club organizó un partido con niños con potencial que estaban fuera del club. Usaron algunos de los chicos que estaban en la academia para hacer dos equipos. Me fue muy bien, había muchos entrenadores viendo. La primera mitad jugué muy bien, estaba en mi posición, defendí bien, hice todo lo correcto. Después me pusieron de extremo; jugué bien, no como en mi posición, pero bien”.
Mauricio Reygadas platicó que los entrenadores lo invitaron a bajar la intensidad en las prácticas para no cansarse, pero su fortaleza mental fue mayor que el agotamiento físico. En algunos días Betis decidirá si llevan a su tercer mexicano este verano.
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