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    El curioso apodo de Modric: “En el Madrid me llaman vinagre”

    El croata afirmó que le dicen así “porque cuando pierdo en el entrenamiento me lo tomo mal”.

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    Por:
    Redacción.


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    El diario La Gazzetta dello Sport’ dio a conocer detalles de la biografía de Luka Modric y uno de los más curiosos fue que sus compañeros en el Real Madrid le llaman ‘vinagre’, “porque cuando pierdo en el entrenamiento me lo tomo mal”.

    El croata también se refirió su futuro inmediato y dijo: “Estoy seguro de que puedo jugar a un alto nivel durante dos años más, luego ya veremos. Me gustaría terminar mi carrera en el Real Madrid, pero también dependerá del club. Por supuesto, haré el curso de entrenador”.

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    Además, el croata también tuvo elogios para su excompañero en el Madrid, el portugués Cristiano Ronaldo, de quien asegura que “es uno de los más grandes de la historia. Cristiano siempre quiere ganar, nos motivó y nos hizo reaccionar. Como persona, tiene un gran corazón, siempre está listo para ayudar a los necesitados”.

    Respecto a sus jugadores favoritos, indicó que “siempre me han gustado los jugadores de estilo. Totti, Del Piero, Pirlo... Ahora hay jóvenes que prometen mucho, sobre todo Zaniolo, puro talento. Sensi también es muy interesante, y me gustan Insigne, Papu Gomez, Ribéry y Bennacer”.

    Por si fuera poco, en cuanto a las futuras estrellas del futbol, afirma que “ Mbappé lo tiene todo, pero creo que para dar el salto, necesita ir a un campeonato donde su equipo no gane tan fácilmente. También veo un gran potencial en Vinicius y me gustan De Bruyne y Sterling”.

    Finalmente, en la biografía, trata también sobre la guerra de los Balcanes, en la que murió su abuelo.

    “Tuve un vínculo muy fuerte con mi abuelo. Me llevaba con él de caza y hacía de su ayudante mientras conducía el ganado al pasto. Me hizo sentir especial. Tenía seis años y a esa edad era muy difícil entender que nunca le volvería a ver. Vivía en el hotel Kolovare con la familia. Jugábamos a la pelota o nos escondíamos en el hotel, hasta que se escuchaban las sirenas. En ese momento, sabías qué hacer: correr al refugio. Allí, volvíamos a jugar”.


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