Green Bay Packers

    Green Bay remonta 20 puntos de diferencia para cerrarle la puerta en la cara a Chicago

    Un juego que pintaba para tragedia resultó en uno de los más grandes regresos para Aaron Rodgers, quien guió a los Packers a ganar 24-23 a los Bears.

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    Por:
    TUDN

    Una de las frases más famosas que haya dicho Aaron Rodgers es la de "Relax", o sea, relájense, en español. La noche del domingo no pudo haber sido un mejor momento para aplicarla aunque pareciera imposible por momentos. Con una segunda mitad de antología, el estelar quarterback de los Packers guió a una improbable victoria de 24-23 sobre los Chicago Bears en el juego nocturno dominical en Lambeau Field. Su equipo perdía 17-0 al medio tiempo.

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    Rodgers estuvo en riesgo de no jugar el resto del partido luego de salir lesionado en una captura en el segundo cuarto, pero regresó, presumiblemente no al 100 por ciento, fue para coronar uno de los más grandes regresos en su carrera luego de que su equipo se fuera en cero al medio tiempo. Completó 20 de 29 pases para 286 yardas con tres touchdowns.

    Mitchell Trubisky comenzó a tambor batiente para los Chicago Bears, con una jugada de engaño contraflujo, un acarreo de dos yardas que hizo ver mal a la defensa de los Packers en la zona de gol y el quarterback de los visitantes ponía las cosas 7-0 para sorpresa de todos. Terminó con 22 de 35 pases completos para 171 yardas, con un touchdown por carrera.

    Poco después y con el marcador 10-0 a favor de los Osos, la nueva adquisición de Chicago en la defensa, el estelar linebacker Khalil Mack, capturó a Aaron Rodgers y lo lesionó en la jugada. Se hizo un silencio sepulcral en Lambeau Field. Un carrito se lo tuvo que llevar a los vestidores, pues parecía dolido de una rodilla y las cosas no pintaban nada bien con su ausencia, pues el equipo tiene marca de 6-11 en su ausencia.

    Tuvo que entrar al quite el suplente DeShone Kizer, y el resultado fue todavía peor: Mack capturó a Kizer y no solo eso, le arrebató el balón y la posesión cambió de manos. El nerviosismo y la impaciencia iban al alza en las gradas de la casa de los Empacadores.


    Justo cuando crees que a Aaron Rodgers se le ha acabado la magia o la capacidad de sorprendernos, nos demuestra que estamos equivocados. Esto es lo que pasó la noche del domingo en Lambeau Field.
    Cabe recordar que esta es una de las rivalidades más añejas que hay en la NFL. No por eso no se puede convivir entre aficionados de uno y otro equipo.
    Esta es una temporada muy especial para los Green Bay Packers, pues festejan 100 años de existencia, una campaña que podría ser muy significativa para el equipo de Wisconsin.
    En lo que al juego respecta, los Bears pegaron primero y duro. Una carrera de dos yardas de Mitchell Trubisky puso adelante 7-0 a Chicago. Fue una jugada que hizo ver mal a la defensa de los locales.
    Trubisky hizo engaño de carrera y al contraflujo se encargó de entrar al 
<i>end zone</i> confuendiendo sobremanera a los defensivos de Green Bay quienes se miraban incrédulos.
    A comienzos del segundo cuarto las cosas se pondrían peor para Green Bay. Khalil Mack capturó a Rodgers y lo lastimó de una rodilla.
    El veterano quarterback se había quedado tendido en el terreno de juego largo tiempo y el silencio era evidente en Lambeau Field, habia una gran preocupación.
    Sin Aaron Rodgers, desde su llegada con los Packers en 2005, Green Bay tiene marca de 6-11. Por eso el síntoma colectivo no era el mejor.
    No podía seguir en ese momento Rodgers y era llevado en un carrito a los vestidores para ser examinado. pero en su ausencia pasaron muchas cosas.
    El quarterback suplente DeShone Kizer tuvo que entrar a fajarse en los controles ofensivos pero no le fue nada bien. Fue capturado y le robaron el ovoide.
    Además de que Khalil Mack lo interceptó, considerando el daño anterior, Chicago incrementó su ventaja a 17-0, marcador con el que los Bears ganaban al medio tiempo.
    Cuando Rodgers voliió parece que también el almaretornó el aliento colectivo a Lambeau Field. Y tenían una buena razón para estarlo. En su primer drive guió a los Packers a un gol de campo (20-3).
    Pero eso no sería todo lo que tenía preparado Rodgers bajo la manga. Un pase de 39 yardas le daba vida a Green Bay en conexión con Geronimo Allison para acercarse 20-10.
    Después Rodgers lanzó un pase de anotación de 12 yardas a Davante Adams para respirarle en la nuca a Chicago 20-17, haciendo que Lambeu Field ardiera por el latente regreso que se gestaba.
    Rodgers coronó lo que parecía improbable al conectar un pase de 75 yardas con Randall Cobb. Previo a esto, Chicago pateó un gol de campo, pero con el touchdown Green Bay ganaba 24-23.

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    Imagen Getty Images//The Associated Press
    Justo cuando crees que a Aaron Rodgers se le ha acabado la magia o la capacidad de sorprendernos, nos demuestra que estamos equivocados. Esto es lo que pasó la noche del domingo en Lambeau Field.

    Más tarde, antes del final de la primera mitad, Mack volvió a hacer de las suyas. El estelar linebacker se escurrió ante los bloqueos de la línea ofensiva y se acercaba peligrosamente a Kizer, quien presionado por otro defensivo, cayéndose, lanzó el ovoide sin ton ni son y le cayó en las manos a Mack, quien se escapó 27 yardas hasta la zona final para poner el marcador 17-0 ante un Lambeau Field que abucheaba tras la pésima primera mitad de Green Bay.

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    La mejor noticia que recibieron los aficionados en Lambeau Field fue la presencia de Aaron Rodgers de regreso a los controles de la ofensiva tras el amargo rato que les hizo pasar Kizer en la primera mitad. El quarterback titular de los Packers los guió a un gol de campo de Mason Crosby, de 47 yardas, para poner al equipo de casa en la pizarra y acercarse tímidamente 20-3.

    Y parece que era todo lo que Rodgers necesitaba, volver al campo y energizarse. El quarterback de los Packers guió a su equipo a una anotación cuando lanzó un perfecto envío a las diagonales para Geronimo Allison, de 39 yardas, que despertó al aletargado público del Lambeau Field. Se acercaba Green Bay 20-10. Pero eso no era todo, tramaba algo más.

    En la siguiente serie ofensiva, Rodgers volvía a convertirse en el enemigo número uno de los Bears. Restando 9:01 en el cuarto periodo, se conectó con Davante Adams con un envío de 12 yardas para hacer que el Lambeau enloqueciera con 17 puntos sin respuesta, con un touchdown que hacía que Green Bay le respirara en la nuca a Chicago 20-17, mientras Trubisky brillaba por su ausencia en el segundo medio moviendo los hilos de la ofensiva de los visitantes.

    Chicago respondió con gol de campo de Cody Parkey de 32 yardas para cortar la hemorragia y alejarse de nuevo 23-17. Eso no le importó a Rodgers. Encabezó un drive que culminó con un pase de 75 yardas para Randall Cobb que le dio la vuelta de manera definitiva al partido, dejando apenas 2:13 en el reloj, Cobb acabaría con nueve recepciones, un touchdown y 142 yardas, coronando un regreso increíble de la mano de su quarterback, especialista en el suspenso.

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